La reina emérita doña Sofia, con sus nietas Victoria Federica Marichalar e Irene Urdangarín, fueron al cine, al Rívoli, a ver El Rey León. Fue en la penúltima sesión.
Al salir, doña Sofía, que vestía una blusa larga, a rayas verticales, negras y blancas; pantalón blanco, a juego con las aubarques menorquinas y el foular que le llegaba hasta las rodillas, comentó muy amablemente a los periodistas que aguardábamos afuera, en la acera, que la película «nos ha gustado mucho». Y añadió: «Es muy interesenate».
A su lado, sus nietas -más sonriente Victoria Federica que su prima Irene-, trataban de pasar desapercibidas, en un segundo plano, caminando sin prisas hasta el automóvil oscuro que les aguardaba en frente del cine. A cierta distancia, los escoltas.
Nos llamó la atención la sudadera que vestía Irene Urdangarín, poco apropiado para el tiempo en que estamos, pero nos dio la impresión de que era para resguardarse del aire acondicionado, al igual que el foular que llevaba su abuela. Los pantalones de Irene eran de color blanco, igual que las botas Converse que calzaba. Por su parte, Victoria Federica vestía también de pantalón de color calabaza combinado con rayas blancas, horizontales.
Lo bueno del verano es que a cualquier hora del día ocurren cosas como estas, que de pronto te dicen que la reina y sus nietas están en el cine. Y en este caso, todo fueron facilidades.
La noche de este martes fue el segundo día doña Sofía fue vista en la Isla. La primera vez fue el viernes en la Academia de Rafa Nadal, a donde acudió con don Juan Carlos y luego almorzaron en Son Servera.