Un grupo de profesores de la Facultad de Derecho de la UIB ha puesto en marcha el Laboratorio Interdisciplinar sobre Derechos Humanos para llenar un «vacío» en la formación de los alumnos y en el debate dentro de la propia universidad. Su directora, la profesora de Derecho Internacional, Margalida Capellà, explica que hasta ahora, la formación en materia de derechos humanos se da de forma transversal en varias asignaturas y que «no basta». La intención es que los alumnos dispongan de conocimientos y sensibilización ante casos que tendrán que afrontar en su vida profesional. El grupo también abre sus actividades a trabajar con profesionales que ejercen ya. «Se trata de mejorar como se asiste jurídicamente pero también humanamente», señala Capellà.
La subdirectora del Laboratorio, María Ballester, recuerda que la defensa de los derechos fundamentales requiere una actuación continua: «Tenemos que contribuir todos. Queremos sensibilizar y que los alumnos no pierdan esa perspectiva».
El laboratorio ha iniciado sus actividades con un seminario destinado a los alumnos para analizar cuestiones desde la actuación de las ONG dedicadas al rescate de inmigrantes, la actuación ante víctimas de violencia de género o de trata. En diciembre colaborará con la obra de teatro Jauría, que aborda el caso de ‘La Manada' y que se representará el día 14 en el Teatro Principal. Tras la actuación se llevará a cabo un coloquio jurídico en el que intervendrá Eduardo Ramón, catedrático de Derecho Penal de la UIB, y la periodista Isabel Valdés. Otra de las actividades que abordará en los próximos meses será la formación de docentes de la facultad para incorporar en la enseñanza la perspectiva de género.
Trabajar con policías
Otro de los objetivos del Laboratorio de Derechos Humanos en asesorar y concienciar a otros colectivos. Así, han iniciado contactos con la EBAP para trabajar con policías en materia de derechos humanos y comprobar cuáles son los problemas que afrontan en el día a día los agentes en aspectos como las detenciones o el uso de la violencia. Capellà señala que los cuerpos policiales son la «primera defensa» de los derechos humanos.