Un interno español de la cárcel de Palma, de 58 años de edad, ha muerto esta pasada noche en la prisión atragantado cuando cenaba albóndigas.
El preso, que sufría un importante deterioro cognitivo, estaba con otros reclusos cenando cuando se sintió repentinamente mal porque al parece no podía digerir la comida.
El personal del centro rápidamente intentó ayudarlo, pero el hombre empeoró y cuando ingresó en la Enfermería de la prisión murió.
La Policía Nacional investiga los hechos y este martes está previsto que se le practique la autopsia, para confirmar que murió asfixiado. El presidiario cumplía condena por delitos menores.