El TSJB avala el despido de un trabajador por llamar «puto negro» a otro y además intentar que entrara en un tanque de combustible que estaba sin ventilar, lo que hubiera puesto en riesgo a esta persona.
El empleado despedido trabajaba par una empresa de limpieza que, junto a otra compañía especializada, llevaba a cabo tareas de limpieza de un barco en los astilleros. Según declara probado la sentencia, el trabajador sancionado se encargaba de supervisar la labor. Intentó que el otro trabajador, asalariado de otra empresa, entrara en el tanque y llamó a un compañero de éste: «¿Dónde está el puto negro de mierda que no quiere entrar en el tanque?» Más tarde repitió el insulto ante otro empleado. La empresa para la que trabajaba el ofendido envió un correo electrónico a la del sancionado y, tras una investigación interna se acordó su despido disciplinario.
Un juzgado de lo Social de Palma consideró que había prescrito la sanción disciplinaria porque pasaron más de 60 días entre el correo electrónico y el despido. Sin embargo, la Sala entiende que existió una comprobación posterior y que es, desde ese momento cuando arranca el plazo para llevar a cabo el despido. Sobre el fondo del mismo, el TSJB no tiene dudas sobre la gravedad de la actuación del trabajador: «Nos encontramos ante un grave incumplimiento de sus obligaciones por parte del trabajador, pues no sólo ofendió de manera grave con un comentario racista sino que puso en riesgo la integridad física del otro trabajador». También valora que puso en riesgo la colaboración entre las dos empresas y justifica el cese disciplinario.