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Coronavirus

Las bajas por COVID volverán a estar en manos de los médicos de cabecera

Baleares avanza en tratar esta enfermedad como una más a partir de la semana que viene

Los autotest, sin validez. Salut contabilizaba todas las pruebas validadas por un profesional pero ahora dejará de hacerlo. Los autotest que se venden en farmacia ya no cuentan.  | Teresa Ayuga

| Palma |

La estrategia de control de la COVID sufrirá un cambio drástico a partir de la semana que viene. Se trata del gran primer paso hacia una normalidad en la que habrá que convivir con el virus como una enfermedad más. El cambio más importante para el grueso de la población es que ya no deberá confinarse cuando dé positivo si no se presentan síntomas o si éstos son leves. Es decir, vuelve a estar en manos de un profesional sanitario el hecho de dar bajas COVID bajo el epígrafe de enfermedad común.

¿Se podrá ir a trabajar siendo positivo? Sí. Los expertos piden que, en estos casos, se sigan a rajatabla las medidas de prevención y se restrinja la actividad social unos diez días, pero el mensaje es que la vida sigue. En caso de duda con la sintomatología habrá que llamar al centro de salud, como sucede con cualquier otra patología, y ser visto por un médico que decidirá, según criterios clínicos y no de salud pública como hasta ahora, si procede hacer un test de diagnóstico.

Salut pasará a contabilizar sólo los casos graves y los de pacientes vulnerables. Se considera como tal a los mayores de 60 años, los inmunodeprimidos, las embarazadas o los profesionales que trabajen con ellos y, en estos casos, independientemente de los síntomas que presenten, sí deben aislarse y acudir siempre al centro de salud. Los colectivos mencionados son los únicos para los que sigue vigente el aislamiento domiciliario hasta que se mejoren o no presenten síntomas. Será especialmente necesario que este público siga a rajatabla la estrategia de vacunación que va por la tercera dosis, aunque ya se ha empezado a hablar de una cuarta.

La decisión se ha tomado a nivel nacional por dos motivos: por un lado el alto porcentaje de población vacunada que ha desarrollado inmunidad y por el otro porque la variante ómicron ha demostrado ser más benigna. «Es complicado, estamos diciendo lo contrario de lo que se ha hecho hasta ahora porque hay un cambio de paradigma», reconocía ayer la directora general de Salut Pública, Maria Antònia Font. «Es un paso a la normalidad porque hay que convivir con el virus».

Sin embargo si los seis indicadores (entre los que primará la ocupación hospitalaria) se disparasen habrá que revertir la estrategia. En cualquier caso será una decisión tomada a nivel nacional en función de si la mitad de las comunidades o el 80 % de la población sigue en riesgo bajo de transmisión como hasta ahora.

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