La autopsia practicada en la mañana de este viernes al turista holandés de 31 años que falleció este jueves por la tarde tras lanzarse desde un acantilado en las Islas Malgrats, en Santa Ponça, ha desvelado que la causa de la muerte fue por ahogamiento, no por el impacto contra las rocas. Los médicos han confirmado que, tras el tremendo golpe, el escalador todavía estaba vivo, pero quedó inconsciente y se ahogó en el mar tras quedar posado su cuerpo a unos quince metros de profundidad.
Por su parte, la Policía Judicial de la Guardia Civil, que instruye las diligencias sobre las causas de la muerte del turista, no ha podido tomar declaración todavía a la mujer del difunto porque se encuentra en estado de shock y no reacciona. La señora, también holandesa y de origen árabe, como el marido, estaba grabando el salto y, al parecer, lo retransmitió en una plataforma de internet en directo. En la barca, que habían alquilado, también se encontraban sus dos hijos, el mayor de ellos de cuatro años de edad.
Los agentes han reconstruido el salto mortal y han confirmado que el varón saltó de una altura de 22 metros, lo que supone una grave imprudencia por los riesgos que conlleva saltar desde esa altura y a esa velocidad contra el mar.