Acaba de convertirse en el presidente más joven de un colegio de médicos en el Estado, y Carles Recasens (Girona, 1978) defiende que el nuevo equipo de Balears es una representación del colectivocon más mujeres que hombres y que incluye a residentes. La media de edad es de 45 años para afrontar el relevo generacional. En su primera entrevista como presidente del Col·legi Oficial de Metges (COMIB), habla de remar juntos. «La Conselleria se encontrará a una persona constructiva, colaboradora y firme, mi afán es el de sumar porque todos tenemos el mismo objetivo», asegura. Será el rostro del colectivo en el que, probablemente, sea su momento más complicado, sin embargo le resta importancia. «Siempre es difícil», asegura.
Entre sus prioridades está el defender a los profesionales de la sanidad privada y dignificar sus condiciones laborales;apostar por la formación continuada y crear una sede física en Eivissa, un reto de hace años. Pero también deberá enfrentarse a problemas cronificados, como que centenares de médicos de las Islas estén ejerciendo sin una titulación homologada de su especialidad, sobre todo en Atención Primaria. En este sentido, «no hay nada fácil», advierte y afirma que «mientras el IB-Salut promueva el captar a profesionales con la capacidad correspondiente nos tendrá a su lado».
Su talante es negociador pero se tensa al hablar de lo que mejor conoce, la salud mental del colectivo al que ahora representa. Como psiquiatra, ha atendido a sus colegas en el servicio del Col·legi de Metges y lo tiene claro: «están al límite y muchos lo han rebasado». Para afrontar este malestar recomienda pedir ayuda y desconectar con unas vacaciones: «el médico lo que necesita es tener seguridad en lo que hace y unas condiciones de trabajo adecuadas, sin duplicar turnos ni hacer diez guardias al mes», defiende. «Muchas especialidades han estado sobreutilizadas y sobrecargadas en la pandemia y eso tiene su precio y se acaba pagando», añade.
Por este motivo, dice, que el Govern apueste por las peonadas (trabajo extra remunerado) para reducir las listas de espera «puede tener unas consecuencias inmediatas pero a la larga terminará afectando a los profesionales», advierte. Al fin y al cabo, la solución planteada pasa por «sobrecargar y explotar al médico» en un contexto que, reconoce, favorece la aceleración de las jubilaciones. «Están más sobrepasados y en vez de alargar, se van. Medicina está muy vinculada a la motivación». En este sentido, el problema se agrava en Atención Primaria con «un sistema excesivamente tensado», por eso «esperamos que se tomen medidas ya sea modificando el modelo, incentivando que se queden o atrayendo talento que se ha ido, y la única forma de hacerlo es haciendo atractivo el lugar de trabajo», concluye.