Para que la población de Balears tenga una atención de enfermería similar a la del resto de los países de Europa, en la sanidad (tanto pública como privada) tendrían que contratarse hasta 3.107 profesionales más. Si bien la plantilla de enfermeras colegiadas y no jubiladas es de 7.008, se calcula que deberían ser 10.115 para llegar al nivel europeo, algo que, en España, sólo sucede en la Comunidad de Navarra.
Y es que el Archipiélago es la quinta autonomía con la ratio más baja de enfermeras, según hizo público ayer el Consejo General de Enfermería. En Balears hay 5,7 profesionales por cada mil habitantes, mientras que el conjunto estatal es de 6,3. Por otra parte, desvelaron que España ocupa el sexto lugar por la cola dentro de la Unión Europea, donde la ratio es de 8,7.
«Siempre ha sido así», afirma la presidenta del Col·legi d'Infermeria de Balears (COIBA), María José Sastre, quien asegura que aunque con la COVID se han contratado a más profesionales, apenas ha repercutido en subir dos décimas de una ratio «insuficiente para una población con la esperanza de vida alta y con tanta cronicidad y dependencia».
Sastre pone el acento en que, a pesar de las contrataciones, «la plantilla estructural no ha aumentado, que sería lo más interesante». Desde el COIBA instan a Salut a poner más recursos. «Se necesitan mejoras laborales, bajar la temporalidad, dar estabilidad... Y no sólo afecta a lo económico también hay que reducir las rotaciones», añade.
Desde el Sindicato de Enfermería lo tienen claro. «Es verdad que se han estabilizado a enfermeras pero aún así en verano se quedaron 120 contratos sin cubrir y desde la pandemia se compensa el déficit con miles de horas extraordinarias», explica el secretario general, Jorge Tera, quien pide que hagan las plazas más atractivas.
Necesidades reales
«Lo ideal sería tener estas 3.000 más y que se pudieran cubrir sustituciones, para que la gente tuviera solo un trabajo, porque el sistema no está pensado para que se hagan horas extra», añade. De hecho, explica, en Balears se ha llegado a regular con una normativa que las enfermeras del IB-Salut puedan trabajar también en centros concertados o privados.
Otra de las observaciones que arrojan los responsables del Consejo General es que España debe elaborar un informe de necesidades reales de enfermeras que evalúe el envejecimiento, la natalidad o la dispersión geográfica.
En este sentido, Maria José Sastre apunta a que en las Islas el déficit es más pronunciado en los hospitales que en Atención Primaria donde también es deficiente. Pero si hay un sector alarmante es el de las residencias (sobre todo privadas) para personas mayores. «Hay casos con una enfermera por cada 80 o 100 internos», señala.