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Los riesgos de no recibir atención de un pediatra

Tampoco pueden realizar un seguimiento adecuado de los menores con enfermedades crónicas

El autismo puede ser difícil de detectar para un profesional que no esté especializado en pediatría. | R.D.

| Palma |

Algunas enfermedades pueden pasar desapercibidas para los médicos que no tienen la especialidad de pediatría, ya que no están formados específicamente para ellos, según advierte Marianna Mambié, pediatra de Atención Primaria y presidenta de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria de las Islas Baleares (APapIB). De hecho, la formación de un médico de familia se prolonga durante dos meses mientras que la de un especialista dura cuatro años. Mambié ha explicado que este es el caso de los trastornos de neurodesarrollo. «Esto se produce cuando el desarrollo de un niño se aleja de la normalidad: puede haber un retraso de madurez, déficit cognitivo, un trastorno de espectro autista, etc». El problema es que si el profesional que atiende a estos niños durante su infancia no está formado para ello lo más probable es que no lo detecte y pase desapercibido.

Este déficit de especialistas también representa un problema a la hora de tratar a los menores con enfermedades crónicas (metabólicas, neurodegenerativas, endocrinológicas, etc.), puesto que el pediatra coordina toda la red de asistencia que atiende al paciente. A su modo de ver, «un médico generalistas detecta perfectamente una deshidratación, un asma, una neumonía...», pero le puede pasar desapercibida una enfermedad en la que no ha sido formado. De hecho, la formación pediátrica de un médico de familia dura dos meses mientras que la de un pediatra se prolonga durante cuatro años.

Desde el IB-Salut han reconocido esta «falta real de pediatras». En este punto, han destacado que «hay presupuesto para contratarlos, pero no hay profesionales disponibles porque la demanda es superior a la oferta». Ante «la necesidad de cubrir la accesibilidad de toda la población pediátrica, el Servei de Salut tiene estas plazas ocupadas por médicos de familia, que tienen la especialidad de medicina familiar y comunitaria,», han añadido. No obstante, han avanzado que «el objetivo a medio-largo plazo es poder ocuparlas con pediatras que hayan obtenido la especialidad». Para ello, el IB-Salut «trata de hacer las plazas atractivas económicamente y fidelizar a todos sus profesionales de pediatría, por ejemplo, ofreciéndoles interinidades o captación activa en congresos de pediatría».

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