La recuperación turística de Balears ha sido prácticamente completa. A falta de conocer los datos de los últimos tres meses del año, el Archipiélago cerrará 2022 a una distancia ínfima de los registros prepandémicos y consolidará su posición privilegiada como destino internacional, hasta el punto de que podría colarse sin problema en el top 20 de países más visitados: solo 15 en todo el mundo recibieron más turistas que Balears hasta septiembre.
Pese a la normalización de la actividad turística a nivel europeo a medida que ha ido avanzando el año, gran parte del globo está tardando más en ir dejando atrás las restricciones asociadas a la pandemia, especialmente en el continente asiático. La guerra en Ucrania también ha sido un condicionante decisivo para la recuperación de los flujos en determinados países europeos que han acabado pagando su proximidad geográfica a la zona del conflicto.
Los datos recabados por la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas (UNWTO) hasta septiembre constatan una recuperación del turismo a nivel mundial en torno al 65 % de los registros de 2019. En un panorama fuertemente mediatizado por la situación sanitaria y la incertidumbre global, Balears, que ya roza el 95 % de las llegadas internacionales de ese año, se ha beneficiado del contexto escalando posiciones como destino y adelantando a países tradicionalmente punteros en materia turística; si consideráramos los datos de 2019, las Islas ni siquiera entrarían en el top 30.
Los 11,5 millones de llegadas internacionales que registró Balears hasta ese mes solo se ven superados por los registros de Francia, Estados Unidos, Italia, Turquía, México, Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Grecia, Portugal, Austria, Emiratos Áraves, Países Bajos, Croacia y la propia España.
Las restricciones pandémicas en China –que en las últimas semanas se están traduciendo en crecientes protestas por el agotamiento de la población– no solo han eliminado de la ecuación al gigante asiático como destino turístico (cuarto del mundo en 2019 con 66 millones de visitas); se diría que han sido incluso mayores los efectos a nivel global por el poderío chino como mercado emisor (primer país del mundo en 2019 con 255 millones de viajeros).
La pobre recuperación del turismo en el noreste asiático, que no llega al 10 %, obedece a una combinación de ambos factores: restricciones sanitarias propias y desaparición del turista chino. Importantes destinos como Japón, Tailandia, Malasia, Vietnam, Corea del Sur, Indonesia o Singapur todavía están viendo sus datos a niveles muy por debajo de la prepandemia (con déficits que oscilan entre el -75 % de Singapur y el -96 % japonés).
Otros destinos como India, Arabia Saudí han experimentado recuperaciones mayores, aunque no lo suficiente para alcanzar los 11,5 millones de visitas en Balears. Todos ellos deberán esperar a una situación más propicia en 2023.
ForwardKeys, empresa internacional de referencia en estudios de mercado de viajes y big data en turismo, señala en un informe de noviembre que «China se consideraba el mercado de origen más valioso para los destinos debido a su gran tamaño, alto poder adquisitivo y predilección por los artículos de lujo». «Los destinos deberían intentar atraer a los viajeros estadounidenses», asevera para advertir de que «ninguna recuperación de la industria turística será completa sin el regreso de los viajeros chinos».
En cuanto a Europa, además de la obvia caída de Rusia como destino y emisor (sexto mercado emisor en 2019 con 36 millones de viajeros; decimosexto en llegadas con 25 millones), la guerra ha lastrado a países como Polonia (-31 %) o Hungría (-28), con recuperaciones aún por debajo del 80 % de media europea.