Desde las dos a las siete de la tarde. Cinco horas agazapado en un falso techo de un supermercado de Palma con un solo objetivo: hacerse con la recaudación que las cajeras del establecimiento van enviando a través de un tubo de plástico, que tuvo que perforar, que succiona los envases con el dinero. En ese tiempo llegó a hacerse con 4.991, 98 euros. Accedió a través de una de las oficinas del comercio cuando nadie le vio. Y salió de allí de la misma manera, pero con los bolsillos llenos. Eso sí, todo quedó registrado en las cámaras de seguridad.
Este viernes, el acusado, que se encuentra en prisión, aceptó dos años y medio de cárcel por estos hechos y también por otro robo en una peluquería tres meses después. En esa ocasión forzó la entrada para hacerse con diversos objetos de su interior y una pequeña caja fuerte con 3.456 euros. Inicialmente la Fiscalía pedía para el procesado, que fue asistido por el abogado Eduardo Morey, seis años y medio de prisión.
Tras el entendimiento entre las partes antes de la vista, la pena quedó fijada en dos años y medio por dos delitos de robo con fuerza. El procesado deberá devolver las cantidad sustraídas y no podrá entrar a ningún súper de la cadena en tres años.