Desde que decayera la emergencia sanitaria por la COVID-19 están revirtiéndose las últimas normativas o estructuras creadas ad hoc para la pandemia. En Balears, ha dejado de existir la atención telefónica InfoCOVID, un número a través del cual se informaban los ciudadanos de todo lo relacionado con el virus. Los trabajadores encargados, una plantilla de unas 130 personas contratada por la empresa pública Gestión Sanitaria y Asistencial de Baleares (GSAIB) viven el proceso con inquietud.
Y es que este cambio implicaría su cese si no fuera porque desde el IB-Salut han considerado interesante mantener la estructura para dar un servicio similar: el InfoSalut Connecta, una centralita telefónica de cita previa e información sobre servicios y trámites sanitarios.
Si hasta ahora los trabajadores dependían del GSAIB con un contrato de obra y servicio por emergencia COVID, al decaer ésta se les ha ofrecido una reconversión. Según fuentes del IB-Salut, ahora pasarían de ser personal laboral a estatutario y se regirían por el estatuto marco del Servei.
Entre los afectados reina la inquietud, muchos desconocen los movimientos y sólo ven cómo «nos obligan a firmar una baja voluntaria», dicen desde el anonimato. Han acudido a un bufete de abogados para conocer sus derechos pues aseguran que pierden la antigüedad y con la subrogación no les hacen fijos; y que el cese no implica ningún finiquito. «O firmas la renuncia o te vas a la calle», comentan.
Desde el IB-Salut defienden que se han dado todas las explicaciones pertinentes. El contrato ofrecido es de un año que sería el plazo de consolidación del proyecto y «lejos de empeorar las condiciones laborales, las mejoran notablemente», señalan. En este sentido, por ejemplo, advierten de que tendrán días para asuntos propios o beneficios sociales como becas o compra de libros. Por otra parte, «las vacaciones no las pierden», aclaran. «Las pueden coger la mitad del año que queda del 2023».
Ante la opción que ha ofrecido IB-Salut, estos 130 trabajadores pueden aceptar o renunciar. Se desconoce cuántos de ellos han rechazado el nuevo contrato y cuántos lo aceptan de forma voluntaria. En cualquier caso no hay finiquito porque así es como funcionan los contratos de obra y servicio, advierten. A los empleados les aconsejan ir firmando para ver con posterioridad qué reclamaciones se podrán realizar.