El comisario jubilado detenido por corrupción de menores trató de defenderse alegando que el material hallado en el cuartel formaba parte de un caso que había caído en sus manos hace años. El problema surgió cuando la Unidad Central de Ciberdelincuencia de la Policía Nacional, una vez judicializada la causa solicitó autorización para el volcado y análisis del contenido del material remitido, constatando la existencia de unos 10.000 archivos compatibles con imágenes de menores con connotaciones sexuales. Es decir, pornografía infantil y 46 videos de la misma índole siendo que una centena son evidentes que son niñas. Una vez analizado el material se procedió a realizar la investigación para conocer la procedencia y propiedad de los discos, consiguiendo identificar y localizar al supuesto propietario del material examinado, tratándose de un jubilado.
Concedida la autorización, se procedió a la entrada y registro, donde se intervinieron dos ordenadores personales, una tablet, tres teléfonos móviles, nueve discos duros, cinco USB y diversas tarjetas de distinto tipo de almacenamiento de información, (SIM, SD, microSD, adaptador). Tras el volcado y análisis, los agentes responsables del caso obtuvieron una información de numerosos archivos de imagen y vídeo, en un dispositivo se localizaron 22 archivos de imagen, supuestamente de contenido de abuso sexual infantil.
La repercusión mediática de la información facilitada en primicia por Ultima Hora no ha hecho más que poner de nuevo en el punto de mira a la cúpula de la Policía Local de Palma. Hace unos días, durante una auditoría informática rutinaria del servicio técnico del Ajuntament de Palma y cuando el personal laboral destinado en dependencias policiales estaba recogiendo cajas del despacho utilizado por un comisario jubilado, saltaron todas las alarmas. Los funcionarios detectaron una serie de cd's y dispositivos de almacenamiento en cuyo interior había una gran cantidad de material pedófilo.
Fotografías y vídeos de contenido sexual explícito con menores de edad. En el momento que se descubrió dicho hallazgo, los trabajadores de Cort comunicaron lo sucedido a la dirección de la Policía Local de Palma. Acto seguido, se ordenó la puesta en marcha de una investigación interna. Una vez finalizada la misma y analizado el contenido pedófilo almacenado en los diferentes dispositivos intervenidos, se decidió cursar la pertinente denuncia judicial.