Una moto se llevó por delante la vida de Cari, un pomerania de 17 meses. Ocurrió el sábado pasado alrededor de las 14h, en la primera línea de playa de Palmanova. La Policía Local de Calvià ha revisado las cámaras de seguridad, pero no ha podido obtener ninguna información identificativa del conductor. Lola García, la propietaria de Cari, hace un llamamiento a la ciudadanía: «Cualquier información que alguien pueda aportar será de gran ayuda».
«Era juguetón, cariñoso y muy bueno. En Palmanova lo conocía todo el mundo. Mira que hay muchos perros de esta raza por la zona, pero como Cari ninguno. Era un perro maravilloso». Con estas sentidas palabras describe la vecina a su mascota, fallecida el sábado, 2 de julio. Estaban pintando la casa y Cari aprovechó el desorden y ajetreo para escabullirse por la puerta de entrada hacia la calle. Lola se percató de su ausencia en cuestión de segundos y salió en su búsqueda, pero ya fue tarde. «Oí el claxon y pensé: 'Ya está».
Según el relato de algunos clientes de un bar cercano, el perro hizo ademán de pasar el paso de cebra entre la Avenida del Mar y la Avenida de la Playa. Un autobús del TIB lo advirtió, se detuvo y pitó a una moto que se dirigía en sentido contrario, hacia la Avenida del Mar. Sin embargo, el vehículo pasó de largo, a toda velocidad, embistiendo al perro por la derecha. Cari murió al instante. Lola llegó cuando ya nada se podía hacer. Denunció rápidamente los hechos ante la Policía Local de Calvià. Los agentes han revisado las cámaras del local de enfrente, la 'Piazzeta', pero no han logrado recabar datos identificativos de la moto o de su conductor. Lola confía ahora en que las grabaciones de la cámara de seguridad municipal puedan arrojar algo de luz. Mientas tanto, hace un llamamiento ciudadano, para que todo aquel que haya sido testigo de lo sucedido el pasado sábado o disponga de más información se la haga saber a ella o a la Policía.
Es el segundo perro de Lola que fallece atropellado por un vehículo. En el 95 pasó por algo similar, con el atropello y consiguiente muerte de su anterior mascota. Acogió a Cari hace 15 meses, cuando era aún un cachorro, y gracias a su compañía ha podido sobrellevar de mejor forma las pérdidas familiares que ha sufrido en los últimos meses. «Ahora le ha pasado a un perro, pero podría haber cruzado la acera un niño pequeño o una persona mayo. No busco dinero, busco justicia para Cari», sentencia.