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Veintiún países para una decisión

El comité de la Unesco que debe decidir si Dalt Vila es o no Patrimonio Mundial es elegido cada seis años por la organización internacional

Veintiún países decidirán el futuro de la candidatura, en la que está incluida la necrópolis del Puig des Molins.

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A la candidatura «Ibiza. Biodiversidad y Cultura», aspirante a convertirse mediante la Unesco en Patrimonio Mundial, tan sólo le queda dar dos pasos, en los que se dilucidará su éxito o su no aceptación en esta restringida lista de bienes culturales y naturales situados a lo largo del planeta.

Marraquech ha sido la ciudad escogida por el Centro del Patrimonio Mundial (World Heritage Center) para su vigesimotercera sesión, que se celebrará entre los próximos días 29 de noviembre y 4 de diciembre. En dicha cita el Comité del Patrimonio Mundial, formado por representantes de veintiún países escogidos de entre todos aquellos firmantes de la «Convención sobre la protección del patrimonio mundial cultural y natural», aprobada en 1972, dará a conocer los nuevos lugares y monumentos incluidos.

Pero para tomar esta decisión, los veintiún miembros actuales del comité, que han sido escogidos para un periodo de seis años, deberán recibir un informe previo del llamado Bureau of the World Heritage Committe, el cual se reunirá en la misma ciudad de Marraquech los días 26 y 27 de noviembre en una sesión extraordinaria. El Bureau está formado por delegaciones de siete de los veintiún países que integran el Comité y su función se basa en recoger los expedientes elaborados por el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios Históricos (Icomos) en la reunión que mantuvo este organismo en México el pasado mes de octubre (y en el que Eivissa logró una opinión favorable a su inclusión en la lista del Patrimonio Mundial) y, a partir de estos, recomendar o no su declaración definitiva como bien de interés para la humanidad ante el Comité.

Pero este Bureau, cuyos miembros son elegidos anualmente, también puede tomar la decisión de retener la candidatura y solicitar información suplementaria, lo que obligaría a retrasar un año la declaración, en caso de que ésta sea aceptada por la Unesco. Una vez superado este trámite, el Comité del Patrimonio Mundial ya estará en condiciones de emitir un veredicto y aceptar o rechazar la candidatura de Eivissa.

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