Todos los representantes políticos de las tres candidaturas españolas que optan al reconocimiento internacional de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, sufrieron durante las dos primeras jornadas del encuentro en Marraquech una tensión que les resultaba difícil disimular.
El punto máximo de incertidumbre llegó ayer durante la reunión de los miembros de los 21 países encargados de decidir las candidaturas elegidas este año. Finalmente, y pese a la prudencia exigida por el organismo internacional hasta que se haga la declaración oficial de las candidaturas el próximo sábado, cuando la noticia salió fuera de la sala de las deliberaciones, ninguno de los implicados en las candidaturas afortunadas pudo disimular su alegría. A partir de ese momento todo fueron abrazos, apretones de manos y felicitaciones. Pese al festejo, lógico por otra parte después de varias jornadas de tensión, tanto los representantes del gobierno central, el embajador español frente a la Unesco y los propios integrantes de la delegación ibicenca pedía, ante todo, precaución, por el temor a que la candidatura fuera invalidada en última instancia el sábado.
De todos modos, Xico Tarrés fue felicitado también por la alcaldesa de San Cristóbal de La Laguna, Ana Oramas, también presente en Marraquech. «Son cinco minutos de gloria -señaló el alcalde de Eivissa-; ahora queda mucho trabajo por delante, porque tenemos que estar todos a la altura de la responsabilidad que implica esta feliz coyuntura».