El porche de la iglesia de Sant Mateu fue el original escenario en el que el pasado domingo un grupo de poetas de la isla se dieron cita para celebrar la floración del almendro con una lectura de versos. Por octavo año consecutivo, acompañados en esta ocasión por dos jóvenes cantautores, el colectivo de amigos utilizó el pretexto de la incipiente primavera para hacer una lectura pública de versos, no necesariamente relacionados con la naturaleza.
Debido a unas obras que se están realizando en la iglesia de Santa Agnès, el ya tradicional encuentro cambió de marco y de iglesia, aunque no de espíritu e intención. Sin embargo, según comentó uno de los organizadores, Julio Herranz, poeta y redactor de Ultima Hora Ibiza y Formentera , «ha sido una coartada oportuna para volver al estilo del principio». Con tal motivo, no se dio ninguna publicidad a la cita, como había sido la costumbre hasta el pasado año, sino que se convocó a los participantes siguiendo un criterio de amistad. «Es que las dimensiones del acto y alguna que otra complicación a la hora de organizarlo, a veces creaba algún tipo de problema. Por eso preferimos volver a la sencillez del principio; un grupo de amigos con intereses comunes, que quieren pasar un día festivo alrededor de la poesía y la naturaleza».
En esta primera edición del siglo XXI de la «Trobada a la llum dels atmetllers en flor», el número de participantes también fue menor que en ediciones anteriores. En total, once poetas y dos músicos: Toni Roca, Jean Serra, Ben Clark, Mario Riera, Ana Gavilá, Carles Fabregat, Paula Malugani, Montse Rovira, Josep Planells, Carmen Rodríguez y Julio Herranz; más los cantautores Juan Manuel Àvila y Javier Adán, ganadores el pasado mes de diciembre de la «Mostra de Músiques Alternativas», de la asociación Sargantana Music.
Tras aprovechar el luminoso día en pasear por campos primaverales en los que lucían en todo su esplendor los almendros florecidos, los participantes y amigos se dieron cita a las siete de la tarde en la iglesia de Sant Mateu para celebrar el encuentro lírico-musical. Y aunque la convocatoria se mantuvo en tales dimensiones menores, así y todo se reunieron un total de 50 personas en el porche de la iglesia, sentados en varios bancos que se sacaron a tal efecto del templo.