Definiéndose a sí mismo como autodidacta, Rom Ero (Granada, 1960) ha desarrollado su creatividad en varias direcciones artísticas, conservando siempre como referente la pintura, su principal vínculo artístico, que desde su última exposición en la galería Libro Azul (1997) no ha presentado en público. Sin embargo, su inquietud creativa y sus necesidades de supervivencia le han tenido muy ocupado en otras vertientes afines: diseño gráfico, decoración de espacios públicos, realización de murales y mosaicos, ambientación de interiores, instalaciones...
Trabajos que ha realizado en Eivissa, Madrid, Sitges, Berlín, Milán y en varias ciudades portuguesas. A pesar de tal dispersión, Rom Ero cree que todo lo que hace es resultado del mismo espíritu artístico: «Nunca he dejado la pintura, he estado ocupado en otros menesteres creativos también respetables; encargos que me gustan y me permiten vivir mejor que si me dedicase sólo a la pintura», explicó. De todas formas, el artista granadino, afincado en Eivissa desde que tenía tres años de edad, considera, a sus 39 años, que está entrando en una nueva etapa creativa.
«Quiero intentar meterme más en el trabajo creativo de estudio, aunque, claro, también tendré que seguir con el trabajo de subsistencia. Además, son cosas que me interesan mucho, porque son superficies diferentes. El cuadro es interesante, pero también es limitado; todo lo que he aprendido en este tiempo me ha servido mucho para desarrollar ese otro lado creativo, el más ortodoxo, por decirlo de alguna manera». Vertiente que piensa mostrar próximamente en las exposiciones que tiene programadas para este año en Libro Azul, Lubiana (capital de Eslovenia), Estocolmo y Alemania.