La Universidad Dickinson de Pensilvania (EE UU) nombró ayer «doctor honorario» al actor Antonio Banderas, por haber demostrado con su trabajo, en dos lenguas y dos culturas, que el arte es universal y no conoce fronteras.
Banderas, que acudió a la ceremonia acompañado de su esposa, la actriz Melanie Griffith, y sus padres Ana y José, dijo que se siente «muy agradecido, pero a la vez con una tremenda responsabilidad, porque no se puede desilusionar a las personas que han puesto su confianza en ti». Banderas aseguró que este premio es especialmente importante porque «en España nunca se hubiera concedido a un actor».