La historiadora medievalista Margarita López cerró ayer en la carpa de la calle Murcia las dos jornadas sobre cultura islámica que han tenido lugar en Eivissa con motivo de la exposición «Les aromes d'al-Andalus», organizada por la Fundació «la Caixa» y que cerrará sus puertas el próximo domingo. Según la conferenciante, «Yâbisa fue durante algún tiempo la punta de lanza de la Taifa de Denia, a la cual pertenecía, para el comercio con el Mediterráneo y la expansión de la Taifa en esta misma zona marítima».
López, en una conferencia titulada «El comercio de al-Andalus por el Mediterráneo y la isla de Yâbisa importante enclave comercial», destacó el hecho de que la isla, en aquella época, poseía una serie de riquezas que la hacían apetecible para los comerciantes. «En Yâbisa se producían diversas mercancías que eran muy apreciadas en el entorno musulmán, como era la madera para construir barcos, la sal de la salinera y los frutos secos, en particular las almendras. La sal era muy importante, ya que constituía la base para la conservación de los alimentos. Por otra parte, los frutos secos eran muy utilizados por los árabes, tanto para comer aisladamente o en los guisos», explicó López.
Pero el comercio no se limitaba tan sólo al entorno musulmán, sino también al mundo cristiano. La conferenciante remarcó el hecho de que en lo que a comercio se refiere «hay que olvidar la separación entre el mundo cristiano y musulmán. Había una relación constante en este sentido». López no dejó de destacar, tal y como hizo Antoni Ferrer Abárzuza en su conferencia del pasado martes, la falta de fuentes documentales hacia aquel periodo medieval. «Tenemos información sobre la época púnica y la romana, pero desconocemos muchos hechos de la época árabe, por lo que los historiadores debemos leer entre líneas a partir de los comentarios de los geógrafos y los cronistas», indicó. La Taifa de Denia era una de las más ambiciosas de al-Andalus, según López, y tenía proyectos de expansión hacia el Mediterráneo, una iniciativa para la que la isla era fundamental por diversos motivos. El primero de ellos era la «estratégica posición de Yâbisa entre la Península y el resto del mar Mediterráneo. Los barcos debían detenerse en la isla para repostar agua y otros bienes de primera necesidad antes de continuar el viaje. Igualmente, cuando Al-Muyahid planea invadir Cerdeña utiliza la isla para enviar sucesivamente sus barcos contra Cerdeña», relató la conferenciante. La inexistencia de puertos en aquella época provocaba que los fondeaderos fueran muy importantes y Yâbisa, según los cronistas, tenía diez de ellos, desde donde las barcas podían acercarse a las costas.