Diez iglesias ibicencas están siendo sometidas a un estudio para determinar con exactitud los problemas que afectan a sus muros y estructuras. Concretamente, los diez templos escogidos en esta primera fase por la Conselleria de Cultura son los de Sant Miquel de Balansat, Sant Antoni de Portmany, Sant Jordi de Ses Salines, Sant Carles de Peralta, Santa Gertrudis de Fruitera, Mare de Déu de Jesús, Sant Agustí des Vedrà, Sant Llorenç de Balàfia, Sant Mateu d'Aubarca y Santa Agnès de Corona. El objeto de este estudio, que se completará en un futuro con las iglesias pitiusas restantes, es facilitar a la Conselleria un informe completo sobre el estado de las mismas, una herramienta fundamental para acometer las restauraciones y rehabilitaciones que sean precisas. Igualmente, este dossier individualizado de cada templo permitirá establecer la prioridad de las actuaciones y fijar los presupuestos económicos.
El documento, además, facilitará, gracias a las catas arqueológicas que se realizan, el conocimiento de la composición de los muros y las técnicas constructivas que fueron utilizadas para edificarlos. Este aspecto es fundamental de cara a posibles rehabilitaciones de los muros, ya que se conocerán exactamente los materiales originales y podrán ser sustituidos fielmente.
Los técnicos del Consell encargados de elaborar estos documentos aseguran que, hasta el momento, la iglesia que presenta un peor estado es la de Santa Agnès, cuyas cubiertas están muy dañadas, con filtraciones y otros problemas derivados. Según estos mismos técnicos, el problema de las cubiertas es típico en los templos pitiusos, habiéndose localizado patologías similares, aunque de menor gravedad, en la iglesia de Sant Mateu.