La historia de las obras en el Castillo de Eivissa ha tardado años en concretarse. Última Hora Ibiza y Formentera desentraña en dos reportajes, el primero publicado hoy, la historia política de esta rehabilitación y el informe arqueológico del recinto elaborado por los técnicos del Consell Insular. La que a continuación leerán es tan sólo una parte de la primera entrega publicada en prensa, que no adjuntamos completamente por cuestiones de espacio.
En el año 1973, el Ejército español devolvió al Ayuntamiento de Eivissa el uso del Castillo de Eivissa. Desde entonces, la historia de este emblemático recinto ha ido ligada a todo tipo de 'maquinaciones' políticas e intereses económicos, pasando en muchas ocasiones por alto aspectos tan fundamentales como la aprobación social de los proyectos y el estudio de los restos arqueológicos que contiene la parte más alta de Dalt Vila, un aspecto este último que ha obligado al actual equipo de gobierno del Consell Insular a demorar las obras para realizar un estudio completo que defina la situación arqueológica del recinto.
En 1988, el entonces alcalde de Eivissa, el socialista Enrique Mayans, declaraba su apoyo al llamado «Plan Villalonga» (surgido de Adolfo Villalonga, portavoz del CDS en aquella época y anterior alcalde de la ciudad) destinado a convertir el recinto en un complejo turístico de lujo. Esta situación pondría en manos privadas el presupuesto para la rehabilitación, aunque Enrique Fajarnés, portavoz de Alianza Popular en la oposición, buscaba un consenso para lograr una financiación pública.
Aquel mismo año, un proyecto del Ayuntamiento contemplaba la recuperación de la mal llamada 'sala gótica' de la Casa de la Ciutat. En ella, y basándose en un proyecto de los arquitectos Elías Torres y José A. Martínez Lapeña financiado por el Ministerio de Cultura (que también contemplaba la sustitución de la escalera de acceso al Castillo), se estimó su reconversión en archivo municipal.