Las instituciones in- tegradas en el Consorcio del Museu d'Art Contemporani de Palma -el Ayuntamiento de la ciudad, el Govern balear, el Consell de Mallorca y la Fundació d'Art Serra- presentaron el pasado jueves oficialmente en Arco el proyecto de un espacio que recupera un conjunto histórico, el baluarte de Sant Pere, que estaba abandonado y que, además, ha conseguido reunir la colaboración de la iniciativa pública y la privada.
En la presentación a los medios de comunicación estuvieron Maria Antònica Munar, presidenta del Consell de Mallorca; Damià Pons, conseller de Cultura del Govern; Joan Fageda, alcalde de Palma; Pere A. Serra, presidente de la Fundació d'Art Serra; Josep Ferrer, miembro de la comisión ejecutiva del Consorcio, y dos de los arquitectos que realizaron el proyecto: Luis García-Ruiz y Vicente Tomás.
La génesis del museo tiene su inicio en 1997, cuando se firmó un convenio entre el Ayuntamiento y la Fundació d'Art Serra, al que después se adhirieron otras instituciones al crearse el Consorcio. Según explicó Ferrer, «el Ayuntamiento cedió el uso del baluarte al Consorcio y la Fundació d'Art Serra cede la titularidad de unas obras de arte y deposita otras en el Consorcio». «El Consorcio -añadió Ferrer- gestionará el museo durante 30 años. Pasado este tiempo, el Ayuntamiento recupera el uso del baluarte y el museo y se queda con las obras de arte cedidas por la Fundació», piezas que forman el núcleo de los fondos del futuro museo. García-Ruiz señaló que el museo tendrá 5.014 metros cuadrados, de los que 3.000, cubiertos, serán para exposiciones, e insistió en que habrá grandes salas para exposiciones temporales. Se prevé la apertura para el año 2003.
Uno de los puntos tratados en la presentación fue el voto de calidad de Pere A. Serra, presidente ejecutivo del Consorcio. «Lo que es seguro es que no quiero mandar y cuando el museo esté en marcha me retiro. Éste no será el museo Serra, será el museo de la ciudad», dijo Serra, cuya Fundació sólo gestionará directamente las obras depositadas en el Consorcio, puesto que son de su propiedad.