El jurado de la presente edición del Cervantes, formado por Víctor García de la Concha, Francisco Umbral, Alberto Cañas Escalante, Arturo Pérez Reverte, Belisario Betancur, Camilo José Cela, José Hierro, José García Velasco, Luis Antonio de Villena, Victorino Polo García y Claudio Guillén Cahen, decidió ayer otorgar el Premio Cervantes 2001 de literatura al escritor colombiano Àlvaro Mutis, para quien serán los quince millones de pesetas con los que está dotado el que está considerado como máximo galardón de las letras en lengua española. Mutis, nacido en Bogotá hace 77 años y uno de los escritores iberoamericanos más importantes de las últimas décadas, añadirá este nombramiento al Premio Príncipe de Asturias obtenido en 1997.
Mutis aseguró, nada más conocer la noticia, que su felicidad era tan enorme que sentía como si hubiera sido el propio Cervantes el que le hubiera concedido el premio. ««Para mí -dijo-, representa un reconocimiento de España, que es un país entrañable, con el que tengo raíces muy antiguas, inclusive de mi familia. Eso como para comenzar. Después, por la admiración enorme que tengo por don Miguel de Cervantes, porque su vida, los incidentes de su vida, me han acompañado como un ejemplo magnífico de tesón, de grandeza y de dignidad». «Además es muy conmovedora la vida de Cervantes. Siento como si el Premio me lo estuviera dando él», manifestó emocionado el escritor.
Poeta y novelista, Àlvaro Mutis Jaramillo vivió en Bélgica los primeros años de su vida, donde su padre residía como diplomático de Colombia. Tras la muerte de su progenitor, su madre decidió regresar al país americano. Mutis no terminó sus estudios colegiales, iniciados en Bruselas en el colegio jesuita de San Michel, y cuando monseñor José Castro Silva, rector del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, le llamaba la atención por su bajo rendimiento académico, recordándole que era descendiente directo del hermano del sabio José Celestino Mutis, contestaba que tenía muchas cosas que leer y no podía perder el tiempo estudiando.
Sus primeros escritos aparecieron en la revista «Vida», de la Compañía Colombiana de Seguros, donde publicó su primer poema: «La creciente». En 1959 publicó «Los hospitales de ultramar» y gracias a ello Octavio Paz conoció su obra y escribió sobre él. Anteriormente, ya había publicado «La balanza» (1949) y «Los elementos del desastre» (1953) . Unos manejos caprichosos de dinero de la compañía para la que trabajaba destinados a obras de caridad provocaron su ingreso en la cárcel de Lecumberri durante 15 meses, una experiencia que cambió del todo su visión del dolor y el sufrimiento humano. De su pluma nació el gaviero Margoll, construyendo un universo con escasos precedentes en el ámbito literario latinoamericano. Otras obras de Mutis son «Los emisarios», «Ilona llega con la lluvia», «La nieve del almirante», «Diario de Lecumberri», «Los trabajos perdidos» y «Cuatro relatos».