Mientras las lluvia arreciaba, autoridades y vecinos de Sant Jordi aguardaban bajo el porxo de la iglesia el inicio de la misa. El oficio religioso fue el punto de partida de la inauguración de las obras de rehabilitación llevadas a cabo en el templo, que continuó con ball pagès y un aperitivo en el exterior de la nave.
El proyecto para la rehabilitación del templo fue redactado por el arquitecto Joan Prats Boned con un coste previsto 9.760.260 pesetas. Durante las obras se han llevado a cabo diversas restauraciones, las cuales han estado bajo la dirección del también arquitecto Toni Marí Torres. Entre los trabajos más destacados realizados en esta iglesia destacan la recuperación del aspecto original del pavimento, a base de baldosa cerámica de color rojizo, y la retirada del tapial que ha ocultado durante años la que fue entrada principal a la nave, sustituida por la actual en el siglo XIX.
Además, en el área del porxo se ha intervenido en uno de los arcos laterales del mismo para integrar de nuevo una moldura que fue tapada con el paso del tiempo. Asimismo, dos aristas de la parte superior de la fachada principal también han sido recuperadas (operaciones presupuestadas en 318.826 pesetas). Estas dos intervenciones, señaló Fanny Tur, consellera de Cultura, fueron incorporadas al proyecto a petición del Taller d'Estudis de l'Hàbitat Pitiús (TEHP).
Para paliar el problema de las humedades en la fachada de levante, las obras financiadas por el Consell han incorporado un sistema para contrastarlas y, de este modo, reducir sus efectos (870.000 pesetas). En el ámbito del interior de la nave de la iglesia se han llevado a cabo las restauraciones de la balaustrada de madera policromada del coro y de la entrada de madera de la puerta principal, retirada en la década pasada. Estas dos últimas actuaciones han corrido a cargo de Vicent Guasch Morer y han tenido un coste de 180.960 pesetas la primera de ellas y de 870.000 la segunda.