Modernidad. Javier Bizarro busca en sus versos la actualización. Tiene 21 años y trabaja en la empresa familiar, dedicada a tratar el yeso. Acaba de ganar la edición número 20 del premio de poesía Antonio Machado con «Los fantasmas del parque Kristian Krekovic», «una obra que habla sobre la infancia y sobre el hoy», aseguró Bizarro. Todo repleto de un lenguaje que «recoge el punto de vista del presente». El porqué, «la necesidad de escribir lo que veo o lo que sé que ocurre».
Una noche en una discoteca o una charla en un chat. Estos elementos se mezclan con el pasado del autor, una infancia vivida en el parque Kristian Krekovic. «Se trata de una personificación positiva de los momentos hermosos que viví de joven». Como cuando empezó a plasmar sus primeros sentimientos en papel, que nacieron de «canciones». «Mi hermano tocaba la guitarra y yo ponía letra a su música».
Las piezas de Bizarro buscan romper con lo clásico, lo que le lleva a indagar en «los textos libres, sin puntos ni comas». «La poesía tiene la virtud de poder contar algo en cinco versos». El problema de la misma, «su desprestigio». «Los concursos son importantes pero difíciles de ganar»