En el paisaje nocturno del verano ibicenco era habitual encontrar a Amparo Guerrero cantando sus sentimientos por las terrazas del Puerto de Eivissa. Hasta hace seis años, cuando por culpa de un accidente en bicicleta tuvo que ser operada, viéndose obligada a renunciar a las visitas estivales a la isla, afición que mantuvo durante 15 años. Aunque aún va con una muleta, la nostalgia de la isla le ha hecho volver, acompañada esta vez por un libro de poesía, «Giros de mi rueca sentimental» (Safel Editores), publicado en Madrid, donde nació y reside tan particular personaje, conocida como «La poeta cantarera» y «La Edith Piaf española», ya que gusta de imitar, y en francés, a la genial intérprete de «Je ne regrette rien».
Ilustrado con dibujos de Leonardo Raposo y Gabriela Ortega, el volumen recoge una selección de poemas de Amparo Guerrero, prologados por José Javier Aleixandre. De la autora, dice el sobrino de Vicente Aleixandre: «Ella pretende decir su mensaje y lo lleva por doquier, caigan tirios o troyanos; hasta me atrevería a considerar que su reñidor espíritu se alimenta "inconsciente e conscientemente" en el recuerdo de aquel legendario François Villón que idealizó su vida en sus versos».
Hasta septiembre se quedará en Eivissa esta cantante y poeta, que a sus 82 años aún se atreve a entretener a los turistas con canciones ajenas y propias, como una que escribió (letra y música) con el nombre de «Ibiza». «Lo de cantar por las terrazas sólo lo hago en la isla, en Madrid suelo actuar los fines de semana en el Café Iruña», comentó.