Los trabajos de restauración de la puerta de la iglesia de Sant Francesc Xavier, encargada por el Consell d Eivissa i Formentera a la restauradora María José Escandell, están permitiendo que una serie de aspectos o señas de identidad de la misma sean ahora perfectamente visibles. La puerta de la iglesia de Sant Francesc es la única blindada de las Pitiüses. Formada por dos grandes hojas rectangulares de cerca de tres metros de altura, está blindada con un total de 26 placas de hierro en la hoja de la izquierda y 27 placas en la derecha, placas sujetas al armazón interior de madera con unos grandes clavos igualmente de hierro.
Si las condiciones climatológicas, lluvia, viento, sol, frío han castigado la puerta en general, donde más se nota es en los lugares en que los clavos sujetan las placas a la madera ya que ahí el óxido ha actuado concienzudamente haciendo desaparecer casi por completo la placa.
La supresión de las capas superficiales de óxido mediante proceso mecánico, ha permitido recuperar algunos elementos que habían desaparecido por completo, la mayoría de los cuales se encuentra en la hoja de la izquierda de la fachada. De difícil observación se puede ver una cruz de hierro grabada a media altura, mientras que un poco más abajo se aprecia perfectamente el cuño o sello del artesano herrero encargado de la colocación de las placas. Asimismo alrededor del ojo de la cerradura se distingue un dibujo romboidal que hasta ahora pasaba totalmente desapercibido.
En la puerta de la derecha las marcas más notables son el agujero en el que estuvo la argolla o pomo de la puerta y sobre todo unas marcas que tienen un origen totalmente distinto ya que una serie de huellas horizontales denotan que fue violentamente golpeada, probablemente con una hacha, causando gran daño.