El sexto Festival de Cine Español de Málaga concluyó ayer la presentación de las quince películas en competición en su sección oficial, a falta de la jornada de clausura de hoy, en la que se conocerá el palmarés, y homenajeó al cineasta Manuel Gutiérrez Aragón, al que le ha dedicado una retrospectiva. Gutiérrez Aragón aseguró que el cine ha sido «un veneno lento» para él, porque en sus años de estudiante de este oficio «era un alumno despistado, y después los compañeros se habrán sorprendido».
Cuando decidió dedicarse a esta profesión, explicó, su objetivo «era sólo contar historias, como se le cuentan a un niño al acostarse, porque la raíz es la misma que si se hace con una cámara, aunque así es más caro». Se confesó «totalmente incapaz» de destacar algunos títulos de su carrera, «y no es una pose» -advirtió-, y reconoció que, antes de inscribirse en la Escuela Oficial de Cinematografía, intentó hacerlo en la de Periodismo: «Pero me la encontré cerrada», bromeó.
Los dos últimos títulos a concurso de la sección oficial, presentados ayer, fueron «Hotel Danubio», de Antonio Giménez-Rico, y «Dos tipos duros», del debutante Juan Martínez Moreno. En «Hotel Danubio», Giménez-Rico ha dirigido una versión de la película que José Antonio Nieves Conde ya rodó en 1955 y en la que ha reflejado el ambiente de aquella década, con una historia de dos perdedores que buscan alcanzar sus respectivas ambiciones. Giménez-Rico explicó que la versión de Nieves Conde le parecía «estupenda» y que «el único problema que le veía era que, por la autocensura, no llegara a las últimas consecuencias de la historia».