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Una mirada plural sobre el desnudo

La galería Can Daifa de Santa Gertrudis presenta una exposición colectiva de arte erótico de estilo figurativo


Desnudo femenino
al pastel de Juan Raset, uno de los pintores que participan en la muestra colectiva que la galería Can Daifa de Santa Gertrudis acoge desde el próximo domingo día 10 hasta el 7 de septiembre.

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La galería Can Daifa de Santa Gertrudis acogerá a partir de las 18,00 horas del próximo domingo día 10 la inauguración de una exposición colectiva de arte erótico, que permanecerá abierta al público hasta el 7 de septiembre. La mayoría de los artistas, todos dentro de la línea figurativa, exponen habitualmente en este recoleto espacio que dirige Doris Hardt desde hace unos 20 años.

En el colectivo figuran nombres como Manuel Ortega, Juan Raset, Javier Aoíz Orduña (el único de la muestra que se adentra en el erotismo gay), Luis Sellent, Montserrat Faura, Miguel Ruiz-Poveda, Brigitte Cailleau y Montserrat Faura, entre otros. Como explicó Doris Hardt a este periódico, «aquí no hago exposiciones individuales, sólo colectivas; para provocar el diálogo entre los artistas». Las muestras individuales las reserva para la nueva galería Can Daifa, en Santa Eulària, donde actualmente presenta una exposición del pintor Oyonarte.

Manuel Ortega es uno de los pintores más conocidos del colectivo. Su pintura se decanta por una mirada arquitectónica de las cosas y de los cuerpos, reflejado en más de 150 murales en toda clase de edificios, que abarcan una extensa gama temática; desde el deporte y la tauromaquia hasta la abstracción. Tras más de 40 años de creación, su obra no ha perdido frescura y categoría, según ha señalado la crítica especializada.

Otro nombre reconocido del grupo es la catalana Luisa Sallent, cuya obra fluctúa entre la pintura y la escultura. «Su obra está íntimamente unida a esa forma de entender y expresar el desnudo tan propia de la escuela catalana; como algo nacido a orilla del Mediterráneo, con perfiles propios y características comunes que vienen de una cuna grecorromana y que, a diferencia de otros lugares donde el clasicismo aparece cíclicamente, conserva un perpetuo renacimiento», según ha escrito el crítico Javier Rubio. «Acaso sorprenda al visitante el prodigio de sensualidad sin pecado, de una desnudez casta, de unos cuerpos sin erotismo; con esa serena elegancia de las diosas griegas», añadió.

Y un tercer nombre reputado, Ruiz-Poveda, pintor de figuras y paisajes. «Creador de formas de formas poderosamente expresivas y de sutiles coloraciones. Hay en su obra un riguroso tratamiento del oficio, un seguro pulso de dibujante, y sentimientos, amores, humores y sorpresas». «Pintura no entregada a las modas imperantes, que muestra a las mujeres y a los hombres en un imponderable estado de gracia», según García-Ochoa.

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