Los cinco protagonistas de la primera gala del IV Festival Nits d'Òpera del pasado domingo dieron la talla con creces; aunque, como el año pasado, la «estrella» que más brilló en la noche fue Hege Gustava Tjonn. Junto a ella, tenía un interés particular Natali Buck Ramon, por su ascendencia materna ibicenca. «Fue una actuación especial, porque estaba toda la familia, y eso pone algo nerviosa; pero resultó una experiencia muy bonita para todos», comentó a este periódico. «Es la segunda vez que vengo, y me ha gustado especialmente el trabajo teatral que hemos hecho entre todos», añadió.
Una complicidad en la que Buck Ramon tuvo que poner más atención, ya que los otros tres protagonistas (con el barítono Hans Christoph Begemann y la mezzo soprano Susanne Reinhard) suelen trabajar juntos en Damstadt, mientras ella lo hace regularmente en Berlín. «Hemos tenido tres días para ensayar y creo que se ha notado. Con más trabajo el resultado ha sido mejor que el pasado año. Había buen ambiente entre nosotros y lo hemos pasado muy bien», precisó la soprano, quien no sabe si volverá al año que viene. «Ya veremos, depende. He de cantar en un festival de música antigua bastante importante; primero en Berlín y luego en otros países», comentó, añadiendo que en junio había actuado con el tenor Joaquín Asiáin (que cantará mañana en las Nits d'Òpera) en Estambul.
Por su parte Hege Gustava Tjonn explicó que la experiencia en el claustro es muy distinta del trabajo que hace en Alemania. «Allí no actuamos al aire libre, porque no se puede estar seguro del tiempo que hará. Aquí todo ha sido muy cálido y fantástico. Es algo que puedes sentir claramente desde el escenario, y la gente era muy receptiva y simpática. En cambio en Alemania sólo muestran el entusiasmo cuando oyen algo que ya conocen».
La soprano noruega también señaló otra particularidad singular del evento: «Todos trabajamos juntos y en plan cómplice dentro de un sitio pequeño. Es algo muy simpático, aunque un poco cansado, porque tenemos que hacérnoslo todo nosotros. Para que te des cuenta: cinco minutos antes de salir a cantar estaba planchando mis vestidos; sin tiempo para concentrarme en lo que tenía que cantar; pero fue una experiencia hermosa».
Y es que a pesar de su categoría y prestigio, a Hege Gustava Tjonn no se le caen los anillos por tener que echar una mano en lo que haga falta; y reconocer la labor de los demás: «El trabajo que hizo Vicente con las luces fue fantástico. Sólo tenía seis lámparas, pero parecía que las multiplicaba, y eso le daba la atmósfera que necesitaban las canciones». O piropos para el pianista, «que hizo también un gran trabajo».
Pero la soprano noruega tenía un motivo especial para estar feliz: se casó el pasado día 2 con un conocido actor alemán, quien echó una mano ashow como camarero de la historia. «No lo teníamos pensado, pero a él le hizo gracia, y creo que quedó bien en su papel (risas)», ironizó Hege Gustava Tjonn, que se quedará una semana más en la isla para disfrutar de una bien merecida luna de miel.