La prestigiosa Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, recoge en su último número un amplio artículo de la investigadora ibicenca Maria Lena Mateu Prats sobre la ponencia que presentó en las III Jornades de Cultura Popular, celebrada el pasado marzo en el Consell Insular. En la misma, referente a los vestidos tradicionales de la isla , desvela la evolución de las gonelles.
Sirviéndose de testimonios gráficos del siglo XVIII, se aprecia como las campesinas ibiencas mostraban un acusado estrangulamiento en el talle, apto para llevar ceñidores, así como para que desde esos pudiesen colgar aquellas joyas de colgar de la cintura, entre las que se cuenta el tradicionaclauer.
Todo ello apunta hacia una desconocida y sorprende evolución en el vestir tradicional, desde aquellos modelos que subrayaban la estreches del talle, hasta los que van despegados, en este punto, del cuerpo. Es un hecho cierto el que por la propia carencia del pueblo de memoria histórica, además de otros factores, la indumentaria popular conservada suele alzarse como ejemplo de antiguas pervivencias. Si bien, y tal como ya advertía Ortega y Gasset, la gracia del traje popular no está en su efectiva antigüedad, sino, precisamente, en la «portentosa ilusión» de vetustez, o más aún de «sin edad», que el pueblo da a cuanto adopta, aunque sea del más inmediato ayer.
Se podría también decir, recogiendo lo expuesto por autores, que el vestido tenido hoy por representativo de cada región, al haber asumido el papel de «seña de identidad», puede haber llegado a convertir «innovaciones temporales en rasgos definitivos y el conjunto en un símbolo».
A la hora de acercarse al pasado de esta manifestación, María Lena Mateu insiste, finalmente, en la necesidad de despojarse de la imagen preconcebida que hoy se puede tener sobre el traje popular, dejando que sean los propios documentos, con su oportuna conjugación, los que vayan trazando el camino a seguir. Tan sólo de esta forma, el estudio del traje y de la joyería con que se complementa podrá conducir al conocimiento de la sociedad, en que uno y otra se insertaban, desvelando, o corroborando, ciertos aspectos, como, por ejemplo, veíamos al tratar las cintas de cintura y su relación con la virginidad, de acuerdo con el valor que se le reconocía por eescreix, en nuestro propio costumbrismo isleño.