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El arquitecto Luis Cervera y su pasión por las musas griegas

Este arquitecto lleva varios años dedicado a dibujar de manera menos técnica que en la arquitectura

Luis Cervera en el jardín de su casa junto a uno de sus dibujos. Foto: VICENÇ FENOLLOSA

NATALIA CÀRDENAS
-¿Cómo se inicia en el dibujo artístico un arquitecto como usted?

-Un arquitecto tiene que dibujar mucho en esta profesión para poder compartimentar el espacio. Y desde hace un par de años decidí archivar mis dibujos, tenía tantos desde que empecé a los ocho años a dibujar que quería hacer compartimentos para guardar mis dibujos. Decidí acudir a la mitología griega que es la base de la cultura, y las musas son nueve, así que tomé tres contenedores -tres es un múltiple de nueve- y metí cada dibujo con un numero para poder archivar todo lo que tengo. A raíz de eso, como lo que me gusta es dibujar la figura femenina, pues empecé a interpretar a las nueve musas, pero a mi manera porque los griegos e incluso los romanos y más tarde artistas del Renacimiento seguían pintando a las musas con túnicas como si fueran afganas. Las musas eran hijas de Zeus e iban por el Parnaso, subían al río y supongo que no se bañaban con túnicas. Así que yo las pinto a veces con ropa y otras sin. Por esta razón empecé a coger mis dibujos y a cada uno de ellos les superpongo una musa. Algunos de mis dibujos están expuestos en la galería Fendi, situada en Marina Botafoch.

-¿En qué tipo de dibujos incluye a estas musas? ¿Cómo consigue hacer una mezcla que resulte homogénea?

-A todos mis dibujos les he añadido una musa. Por ejemplo tengo uno de la travesía de la calle alta que dibujé en el año 1970/71 que he publicado en un libro de la Caixa al cual le he añadido una musa sobreponiéndola y mezclando ambos trabajos. Simplemente a mis trabajos como arquitecto les añado una imagen femenina y le meto color, un rojo que destaque un detalles o le doy color a la figura femenina, son muchas cosas las que puedo hacer con todo el trabajo que tengo de tantos años de profesión.

-¿Como arquitecto profesional ya consagrado cómo ve el futuro de esta profesión?

-En estos últimos años la labor del arquitecto se ha complicado muchísimo. Hemos pasado desde estar integrados en una de las bellas artes -que son la pintura, la escultura, la música y la arquitectura a ser unos gestores medio chupatintas para conseguir una licencia. Imagínate a Miguel Àngel pintando la Capilla Sixtina que no de rojo o amarillo porque esté prohibido. Pues a los arquitectos no nos dejan crear, porque el retranqueo, la altura, la ocupación y la voluntad política del que manda en determinado momento controla la creatividad del proyecto. Así que si yo pretendo crear algo me tengo que adaptar a una normativa y para lo único que te contratan es para discutir con unos y con otros en el ayuntamiento. Así que he seguido haciendo proyectos pero en menor cantidad y así tenía más tiempo para dibujar.

-¿Cree que en Dalt Vila se podría edificar algo que no siguiera la línea rústica de esta zona?

-Creo que un conjunto histórico debe estar de acuerdo con la armonía y la historia que tiene. Pero a veces conviene romper y hacerlo distinto para que destaque. Si entre dos casas del siglo XIX construyes otra, yo la haría distinta para que se vea que esta es del 2003, pero siempre con un ritmo de huecos concordantes y con materiales de hoy. Porque si imitamos el estilo de las otras estamos retomando algo que no nos pertenece. Por eso yo estoy de acuerdo con que se construya un parador en el Castillo, para dar vida a Dalt Vila. Porque si esta ciudad tiene vida se revitaliza ella sola. Para dar la vida hay que crear focos de atención, con el parador, Dalt Vila recobraría fuerzas.

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