Es lo que tienen lo sitios tan viejos como Eivissa, que te pones a hacer un agujero y te encuentras un capítulo de su historia. Sin que tengas que escarbar apenas, por lo menos en ciertas zonas. Así, la avenida de España con sus obras de remodelación que comenzaron esta semana. A la primera cata, a apenas un metro de distancia, zas, primeros hallazgos: tres ibicencos de la morería con sus esqueletos completos, más algunos huesos sueltos, restos de cerámica y un pequeño muro. Nada espectacular, y totalmente previsible según los expertos. Es zona arqueológica, en el área de influencia de Puig des Molins, la necrópolis principal de una isla en la que durante siglos parecía de buen tono y de cierta categoría venir a morir y ser enterrado en ella.
Puede ser uno de los entretenimientos cívicos del otoño-invierno (pues la cosa durará hasta mayo, creo): el curioseo por lo que se vaya encontrando. ¿Y si es algo de verdadera trascendencia? Hasta cabe la posibilidad de hallar los restos del templo de los dioses púnicos Esmun, Astarté y Melquart. Una tablilla votiva encontrada en las excavaciones del solar de la vieja escuela de Artes y Oficios les menciona; y se especula que el posible templo podría haber estado situado por esta zona. Sería un notición, claro; pero si lo miramos desde el punto de vista de los comerciantes y vecinos de la zona, igual no les ilusiona tanto. Pues supondría un notable retraso de las obras. Algo así ya ha pasado con el solar aludido, donde se levantará el nuevo Conservatorio. Los hallazgos, importantes, obligarán a modificar el proyecto inicial de edificio, tan necesario para los alumnos y profesores del centro, que hace tiempo que no cogen ya en Cas Serres. En fin, complicaciones y quebraderos de cabeza para los políticos. Confiemos en que no se use el tema para tirarse los trastos a la cabeza.