El salón de plenos del Consell Insular acogió ayer la ceremonia de entrega a titulo póstumo de la Medalla de Oro de la institución al escritor Enrique Fajarnés Carona, fallecido el pasado 22 de julio. Su hijo, Enrique Fajarnés Ferrer, recibió la máxima distinción que otorga la institución de manos del presidente del Consell, Pere Palau. El acto se cerró con un concierto del Cor Ciutat d'Eivissa, dirigido por Miguel San Miguel, en el que figuraban una selección de piezas catalanas e ibicencas (entre ellas, «El cant dels ocells» y «Bona nit, blanca roseta»), más la composición «Pare nostre», de F. Madina, canción que era muy del agrado del autor de «Lo que Ibiza me inspiró».
Abrió el solemne acto la consellera de Cultura, Carolina Torres, quien leyó un resumen del expediente de méritos, seleccionando varios fragmentos de los instructores del mismo, el arquitecto Joan Prats; Lina Sansano, directora del Museu d'Etnologia de Santa Eulària , y Joan Marí Tur, conseller de Patrimoni. A continuación, Pere Palau hizo entrega de la Medalla de Oro, con un efusivo abrazo, a Enrique Fajarnés Ferrer. En su alocución de agradecimiento, destacó el hecho de que este reconocimiento a su padre hubiera sido por unanimidad del pleno de la corporación del pasado 24 de julio; requerimiento éste necesario para que sea otorgada tal distinción.
En su nombre, y en el de sus hijos Montse y Enrique (presentes en el acto), Enrique Fajarnés Ferrer glosó brevemente la figura de su padre, de quien destacó su «honestidad, seriedad y prudencia», así como su «infatigable amor a Eivissa y a su pluma». Concluyó su breve discurso anunciando que «pronto haremos una antología de sus mejores textos, en las más mejores condiciones económicas posibles, para que todos los ciudadanos de Eivissa puedan disfrutar con una obra plena de cariño por su isla».
El presidente del Consell cerró el turno de parlamentos «con unas pinceladas» del expediente de méritos de Enrique Fajarnés Cardona, a quien calificó de «un ilustrado de Dalt Vila que se sintió también cautivado por la Eivissa rural», y como «el mejor escritor ibicenco en lengua castellana». Evocó «la era dorada de las letras ibicencas», en las que convivían con el homenajeado autores ilustres de la isla, como Isidor Macabich, Cosme Vidal Lláser, Marià Villangómez y Joan Marí Cardona. Por último, Pere Palau recordó a Antonio Colinas (gran amigo del autor de «Viaje a Ibiza») y citó un fragmento del artículo que el poeta leonés le dedicó y en el que elogiaba el retiro de sus últimos años a su finca del campo.