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Muchas minifaldas y pocos velos para Enrique Iglesias en Egipto

Lo más granado de la jet set egipcia se dio cita en el concierto del cantante español

Enrique Iglesias sigue cosechando exitos con su gira Seven.

JAVIER MARTIN|EL CAIRO

El cantante Enrique Iglesias escandalizó y conquistó el sábado al público egipcio con un sensual y provocativo concierto en el que primaron las minifaldas y el glamour por encima del recato y los velos islámicos.

«Ha sido una noche fantástica. Es la primera vez que canto en Egipto y me ha sorprendido el público. Me lo he pasado muy bien en el escenario», confesó a EFE, tras el concierto, el cantante que salió de la mano de su novia, Anna Kurnikova, rumbo a San Petesburgo, donde proseguirá su gira «Seven». Lo más granado de la «jet set» egipcia se dio cita en un conocido parque de atracciones de la capital para asistir al acontecimiento musical del año, exclusivo para esa pequeña parte de la sociedad que vive en un mundo aparte.

El precio de las entradas -entre 40 y 300 dólares- era prohibitivo para la inmensa mayoría de un país que en los últimos meses se ha visto obligado a recuperar las «cartillas de racionamiento» para asistir a la creciente cantidad de desheredados. «Es fantástico que Enrique Iglesias haya venido a Egipto. Canta muy bien y es muy guapo», gritaba excitada Lamia Sharif, una joven estudiante de la Universidad Americana que no paró de dar botes y suspirar durante gran parte de la noche.

Enrique Iglesias, vestido con un pantalón de cuero marrón, una camiseta blanca y tocado con un gorro calado hasta las orejas, se ganó al público de la capital egipcia, que abarrotaba el pequeño auditorio, desde los primeros acordes. No importaba el infame sonido; sus sensuales movimientos en el escenario y la garra y el sentimiento que ponía a su actuación servían para atrapar a un público, en su mayoría mujeres jóvenes, que coreaban cada una de sus canciones. «Es un poco atrevido. Nosotros no estamos acostumbrados a este tipo de cosas, pero sus canciones son muy bonitas, y románticas», aseguraba Rania Abdel Rauf, una joven estudiante que combinaba un ceñido Hiyab (pañuelo islámico) sobre la cabeza, con un vestido amplio y un cuidado maquillaje. Sin embargo, su rostro no pudo ocultar una mueca de disgusto cuando el cantante español escenificó una tórrida declaración de amor con una de las integrantes del coro, a la que casi desnuda sobre las tablas.

La efervescencia creció en el Cairo con la subida al escenario de una niña de corta edad que entregó una rosa al cantante, y de dos adolescentes que saltaron como locas en el escenario al ritmo de una de sus canciones más rockeras. Y estalló cuando Enrique Iglesias interpretó uno de sus últimos éxitos: «Hero».

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