Los cineastas estadounidense Spike Lee y Tim Robbins hicieron ayer oír su voz contra el presidente de su país, George W. Bush, a menos de dos meses para las elecciones presidenciales.
Spike Lee y Tim Robbins se identifican con un reconocido sector del cine estadounidense que se ha mostrado crítico con la política de Bush y que cuenta con otros nombres, como Susan Sarandon, Robert de Niro, Steven Spielberg, Ben Affleck, Michael Moore o Barbra Streisand. La cercanía de los comicios presidenciales en Estados Unidos y la guerra en Irak han motivado nuevas comparecencias públicas de diferentes actores para mostrar su rechazo al líder republicano. La prueba ayer la dieron Lee y Robbins, presentes en Venecia para presentar sus recientes películas, proyectadas fuera de competición.
Tim Robbins ha dirigido «Embedded/live», que es la trasposición al cine de una obra de teatro que él mismo ha protagonizado para criticar la política de la Administración Bush respecto a Irak. A través de la sátira y con personajes ficticios pero inspirados en la realidad, Robbins hace un retrato de la estrategia de Bush tendente a buscar la guerra, con razones geopolíticas y económicas.
Por su parte, Lee presentó «She hate me», que representa la historia de un afroamericano que se gana la vida con donaciones a los bancos de semen pero en la que aprovecha para hacer alusiones a diferentes asuntos, desde la polémica por la bancarrota de la empresa eléctrica Enron al escándalo del «Watergate» que provocó el fin de la presidencia de Richard Nixon.