Hace muchos años, tantos que él mismo no lo recuerda con exactitud, el actor y mimo Pep Bou estuvo en Eivissa con el espectáculo 'Bufaplanetes'. Ahora regresa de nuevo (mañana a las 21,30 horas en Can Ventosa) con 'Ambrossia', un homenaje al poeta Joan Brossa.
-¿Hay mucha distancia entre su primer espectáculo con
pompas de jabón, 'Bufaplanetes', y 'Ambrossia'?
-El elemento común son las burbujas de jabón pero el tratamiento
teatral y los números que se hacen con las pompas son muy
distintos. 'Bufaplanetes' era el ABC de las burbujas. En cambio
'Ambrossia', con el que llevo ya unos siete años de gira, es un
espectáculo con otras características teatrales de puesta en
escena. Se trabaja a partir de dos elementos, las burbujas y el
vapor que llevan dentro y con una estética de colores. Los
personajes, que están sacados del estereotipo del cine mudo, a
medida que avanza el espectáculo, se van encontrando con sus
burbujas y se sorprenden, se ríen, y comparten con el público lo
que una burbuja puede dar de sí.
-¿Qué papel tienen las burbujas dentro de la
obra?
-Lo que intento con 'Ambrossia', en la que trabajo junto a Lluís
Bevià, es reflejar esta parte poética de la fragilidad y la belleza
que tienen las burbujas. Ahí hay un juego, del que se hace
partícipe al público, de este llegar a lo imposible, porque una
burbuja, en definitiva, parece que va a explotar y en cambio lo que
se puede hacer con ella sobrepasa lo que uno pueda imaginar. Esa
transparencia, ese color, esa caja esférica que es una burbuja, que
cuando explota se queda en nada, está más cerca de nuestros sueños,
que de la realidad. No es un juego simple y llano de burbujas y ya
está, sino que es un trabajo muy a fondo de lo que es hacer pompas
de jabón y convertirlas en un leguaje teatral.
-¿Qué le llevó a elegir las pompas de jabón como medio
de expresión?
-Quería hacer un espectáculo que utilizara un elemento que se
transformara de verdad delante del público, que supusiera crear
algo delante de los espectadores y las pompas de jabón tenían esa
capacidad.
-¿Qué aportaciones hay de Joan Brossa en
'Ambrossia'?
-Brossa y yo decidimos trabajar conjuntamente en la medida de lo
que él podía aportar y lo que yo podía experimentar con sus
sugerencias. Tras fallecer, este espectáculo pasó a ser un
homenaje. Todo lo que él me propuso es jugar con una paraguas, con
unos guantes de color verde y rojo, con un cuchillo y con un pez.
El nombre de Ambrossia lo sugirió él, porque la ambrosía es el
alimento y la bebida de los dioses, y de alguna forma el jabón no
deja de ser un líquido y al hacer burbujas lo que se está haciendo
es tocar de alguna manera algo celestial.