GUILLERMO ROMANÍ
Paula Bourdette (Lima 1956), expone en Formentera hasta el próximo 31 una muestra de sus últimos trabajos, Escultura y Arte aplicado en la Sala de Exposiciones de 'La Caixa' en Sant Francesc, con la domesticación del hierro como leit motiv. Con una pequeña parte de lo que considera escultura mientras que la mayoría es arte aplicado: «algo que estudié y comprendí y que ahora me gusta reivindicar, las cosas utilitarias y los objetos cotidianos, porque pienso que no tiene porque carecer de arte, de un proceso creativo que aúne la utilidad y el arte», explicó ayer Bourdette, añadiendo que con esta exposición quiere rendir un pequeño homenaje a los oficios artesanos.
Sorprende que entre las piezas expuestas más de media docena sean unos relojes que uno no se da cuenta de que lo son hasta que los contempla de cerca; relojes que funcionan; y ante esa peculiaridad, Bourdette apuntó: «No sé, me casé con un suizo y quizás por ello inconscientemente el reloj es un referente habitual en mi creación. Pero, además, es un círculo, que me parece perfecto en sí mismo; y la expresión más adecuada de un círculo es el reloj». Sin embargo con sus tonos de hierro fundido, a veces tintado con toques verdes, las agujas sólo se ven si uno las mira de cerca. «De lejos ni me doy cuenta, veo el círculo, la composición aunque sé que es un reloj; pero si desaparecieran las agujas no dejaría de tener sentido la composición», consideró la artista.
Bourdette se inició en la creación a una edad tardía, según ella reconoce, ya que estudió en Artes y Oficios, en lo que se llama artes aplicadas en la escultura cuando ya tenía más de treinta años coincidiendo con un trabajo en Madrid de su marido, ahora residen en Mallorca. «Trabajé la talla de madera, de piedra y la forja de metales, pero me decanté por el hierro porque me pareció un material fantástico que aparentemente es duro, pero si lo sabes manejar, si lo sabes calentar y manipular es sumamente dúctil».
Paula Bourdette, de padre francés y madre española, nació casualmente en Lima. Recuerda que llegó a Formentera en 1973 y estuvo unos años viviendo en la isla. «Me crié entre Madrid y este sitio. Aquí viví una adolescencia y juventud que recuerdo muy gratamente porque era una Formentera de maravilla; y sentimentalmente siempre ha sido y es muy importante para mí, ya que aquí conocí a mi marido y aquí nació mi hija», concluyó la artista, quien es la segunda vez que expone en la isla.