JOSEP A. CALVO / R. C.
Antoni Cardona Bonet (Sant Jordi de ses Salines, Eivissa, 1953) es profesor, escritor y responsable de Edicions Can Sifre; una editorial que en el 83 comenzó de forma más bien casera. En 1997 la trasladó a Palma; y, sin perder su domicilio allí, está considerando en volver a tener 'sucursal' en su isla natal.
-¿Qué diría que es primero, editor o escritor?
-Lo de ser editor y escritor fue algo que nació de forma paralela. Podríamos decir que fue a raíz de una revista que hacíamos, Es Vedrà i es Vedranell. Tenía una parte informativa y otra lúdica. Cuando los colaboradores fallaban, me tenía que encargar de hacer algo de tipo narrativo y comencé a escribir cuentos. La idea era hacerla más legible y que no sólo tuviera atractivo político; y los cuentos gustaban a mucha gente. Era 1983, y así nació este combinando de escritor y editor. En 1990 salieron los Romanços per a després d'una vidassa, con relatos costumbristas; y en 2002, Virgínia assassinada, de narrativa general. Casi todos publicados en la revista
-Ha escrito también libros infantiles, como la obra teatral Es llop Molpelut y Sa carrera de ses someres (2003), El ratolí de les dentetes (2004), etc. y poesía ¿Qué genero le satisface más?
-Me siento cómodo en cualquier género. Lo digo ahora, porque al principio me gustaba mucho la narrativa de tipo popular. Tanto, que me costó mucho atreverme a escribir poesía, algo más reciente para mí; y su publicación, recentísima. Después de publicar los Romanços..., que fue un libro muy bien recibido, tardé muchos años antes de atreverme a escribir otros, porque no estaba seguro de si estaría al mismo nivel. Luego, como editor, he comprobado que eso le pasa a muchos escritores.
-¿Qué significa para usted la poesía?
-Una cosa más íntima. Mi primer libro lírico fue La màscara de Bes (1992), que tuvo una acogida muy fría. Es de poesía nacionalista, y siempre he creído que no salió en el momento oportuno. Otra obra que trajo cola fue La mirada del Basilisco, sobre un tema muy polémico: el sufrimiento de la población de las Islas en la Guerra Civil y en la postguerra. Los poemas iban acompañados de relatos que escenificaban momentos de la Guerra Civil contados por la gente. Es un libro difícil, pero me liberó y me hizo sentir que podía publicar otro tipo de cosas. Así comencé el ciclo de poesía erótica que inicié en Londres, en inglés, entre 1977 y 1983. Nunca pensé en darlo a conocer; pero se han de tomar como un divertimento de los años jóvenes.
-¿Qué piensa del mundo literario de Balears?
-Creo que la gente de a pie idolatra algunas vacas sagradas que de verdad no lo son tanto. También creo que hay gente nueva que vale y que lo demuestra. La situación es buena, pero no hay que precipitarse. No se puede escribir hoy para publicar mañana. Hay que repasarlo bien y sólo publicar cuando uno esté realmente satisfecho. Porque suele pasar que después uno se arrepienta de haber publicado precipitadamente. Es un consejo sobre todo para la gente que empieza.
-¿De dónde le viene su afición por editar?
-En el 83 no había ninguna editorial en Eivissa. Quien quisiera publicar un libro tenía que recurrir a los ayuntamientos, a los consells o al Institut d'Estudis Eivissencs. Yo entonces acababa de volver a la isla y no soy amigo de políticos ni de instituciones culturales; así que con un grupo de amigos decidimos montar esta editorial; y como al final siempre el peso siempre acaba cayendo sobre alguien, me tocó a mí. Comencé de forma muy casera; había años en los que sólo publicábamos un libro, o dos o tres. En 1997 la editorial pasó de Eivissa a Palma. Hoy creo que es una editorial considerada, con un buen ritmo de publicaciones y estoy bastante satisfecho.