Hasta el próximo 3 de mayo, la galería Es Molí presenta una exposición de 32 obras, entre pinturas y esculturas, de Siegried M. Bacharach. Artista autodidacta de origen alemán, reside desde 1967 en Eivissa, donde ha regentado varios negocios de restauración (San Telmo, El Olivo, Grill San Rafael) y la boutique Zoe, durante diez años fue cantante, y es amigo de Georges Moustaki, con quien escribió hace diez años el libro Hijo de la niebla, en el que cuenta su experiencia de niño judío en campos de concentración.
Esta es la primera exposición que Bacharach realiza a sus 75 años en una galería. «Tantas actividades me impidieron atender como hubiera querido al arte, que practico como amateur desde los 20 años. Pero lo tomo como una esperanza», valoró ayer a este periódico el artista, cuya «inspiración es el arte africano y aborigen»; que ejecuta «con maderas de reciclaje y un estilo definitivo a base de puntos».
Proceso
A la hora de realizar sus obras, el proceso de trabajo que emplea Bacharach «es muy simple». «Parto de la idea de un trozo de madera con una forma. Lo pongo en pie y veo lo que me sugiere, como está o añadiéndole cosas. La inspiración nunca es la misma; no sé cómo me vienen las ideas», reconoció este artista cuyas obras «son una mezcla de muchas cosas a partir de elementos de reciclaje».
Una compleja y meticulosa labor creativa que encontró una especie de revelación cuando hace dos años visitó un museo de arte africano de París. «Allí descubrí la pintura aborigen hecha a base de puntitos, algo que para ellos forma parte de su religión, pues creen que cada puntito es el alma de un muerto; algo que me conectó con mi propia historia personal. Yo no creo en Dios, pero me pareció poéticamente bonito, dándome cuenta de que ése era mi estilo, algo que hacía antes sin saberlo», concluyó.