El director de cine y presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, Àlex de la Iglesia, recibió ayer el Premio Nacional de Cinematografía 2010 por su «incuestionable trayectoria profesional innovadora y transgresora» que «ha enriquecido el lenguaje» del cine español. El cineasta bilbaíno destacó la relación entre el «dolor» con la capacidad de crear y se ha mostrado convencido de que «la única manera de sacar rendimiento a una labor artística es sufriendo».
La ministra de Cultura, Àngeles González-Sinde, hizo entrega del premio en un acto celebrado en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, en el marco de la 58 edición del Festival de Cine. Sinde, además de reconocer su trayectoria, dijo: «Dicen de él que hipnotiza a la gente. Que te mira a los ojos y al mismo tiempo te toca un poquito el lóbulo de la oreja y en pocos segundos haces lo que te manda».
El director de cine hubiera querido que Balada triste de trompeta llegara a formar parte de las tres películas preseleccionadas para representar a España en los Oscar, pero no fue así. «Me molesta mucho, evidentemente, pero tengo que aceptarlo con alegría, porque los que deciden son los miembros de la Academia y hay que llevarlo bien», ironizó.