El centro cultural de Can Ventosa acogerá a las 21,00 horas del próximo sábado día 30 la representación de La violación de Lucrecia, de William Shakespeare, dirigida por Miguel del Arco y con Núria Espert como única protagonista de este monólogo dramático del autor británico, que se ha presentado esta semana en Barcelona. «Los ensayos han sido muy duros, como en todos los espectáculos de un actor, y más en éste, en el que Núria Espert mantiene una tensión emocional, sin sosiego, durante una hora y cuarto», explicó el director.
Por su parte, la reconocida actriz catalana aseguró que ha habido «un entendimiento absoluto» con Del Arco, quien «se ha convertido para mí en un compañero de aventuras con el que no me siento tan sola en el escenario». Un espacio aquí con un diseño muy simple: una cama con dosel, una mesa y una silla. «La obra funciona casi como una película de miedo, en la que lo que se cuenta es terrible, pero aún más por la crueldad con que lo cuenta Shakespeare».
Núria Espert había acariciado en varias ocasiones la posibilidad de llevar a escena La violación de Lucrecia, una obra basada en la leyenda del origen de Roma, las luchas por el poder y el papel de la mujer en la época. Una de las primeras obras de juventud del autor, que había recitado en varias ocasiones. «Estoy contenta, porque ha salido un proyecto por el que he luchado muchísimo», aseguró la actriz, añadiendo que Miguel del Arco le cautivó desde el principio, cuando, después de haber leído la obra le dijo: «'Es genial, trepidante, como un guión de Tarantino'»; a lo que ella le espetó: «Es mi hombre».
Afrontar un reto
Para Espert, Del Arco era el único director en quien podía confiar para «afrontar el reto de convertir la narración y todos sus personajes en seres de carne y hueso, no sólo en mágica literatura», afirmó la actriz, añadiendo que en los poemas de La violación de Lucrecia «está todo Shakespeare, porque ya es entonces el grandísimo poeta que luego reconocemos en Otelo o en Hamlet».
La narración del hecho criminal que terminó con el reinado de los reyes de Roma y propició la instauración de la República se convierte en la pluma de Shakespeare en «un mosaico de sentimientos, pasiones, arrebatos y delitos; en un espectáculo de gran belleza, a pesar de su escalofriante violencia», señaló la veterana y galardonada actriz.
El trabajo de preparación de la obra ha sido, aseguró Espert, el más duro de su carrera, parecido quizás al de Las criadas o Maquillaje; un montaje en el que se han mezclado «placer, fatiga física y mental y, en algunos momentos, profundo desconcierto».