La Banda Municipal de Santa Eulària ofreció el pasado sábado un concierto en el Palau de Congressos para celebrar el décimo aniversario de la Escola Municipal de Música. Una velada cuyo programa consistió en el estreno absoluto de una composición del polifacético músico ibicenco Adolfo Villalonga dedicada a la Villa del Río, como informó la pasada semana a este periódico el director de la Banda y la Escola, Jaume Manuel Ribas, responsable asimismo del Conservatori de las Pitiüses, cuyo nuevo edificio será inaugurado en breve.
-¿Cómo surgió la idea de la Suite Santa Eulària?
-Me la pidió Jaume Manuel, el director de la Banda, amiguete y compañero del Conservatori. Pensamos de mutuo acuerdo que tuviera un piano y elementos populares ucador, espasí, castanyoles y tamborí. No hay ni flauta ni xeremia porque tienen una afinación indeterminada que no iría a tono con el de la banda. Y como introducción a la obra hay una colla haciendo música popular.
-¿Qué duración tiene?
-Entre 20 y 25 minutos, según la velocidad a la que se haga; y tiene cinco movimiento, como homenaje a las vendes de Santa Eulària. Así, están Ses mines de s'Argentera, por Sant Carles; Pla de Jesús; Els molins de Puig d'en Valls; El naixement del riu, por Sant Gertrudis, y El Puig de Missa, por Santa Eulària. Un homenaje a cada sitio, y cada uno reflejado en una música.
-¿No teme que los otros pueblos le pidan también una obra?
-Estaría encantado si lo hacen; ningún problema. Nunca me he cerrado a trabajar con otros municipios; lo he hecho y lo seguiré haciendo. Es más, pienso que es una obligación contar con los creadores locales. Es triste que a veces se tenga que buscar a gente de fuera para hacer algo que podemos hacer nosotros.
-¿Qué estilo tiene la Suite?
-Es música neoclásica de estilo cinematográfico, porque hay muchos efectos, muchos colores que tienen una influencia directa de la música del cine, de la cual soy un devoto admirador. Creo que es la música del siglo XXI, porque tras el maremagnum de estilos del siglo XX (tonal, atonal, vanguardia, expresionista, serial, new age, minimalista...), al final es el cine el que los recoge todos. Como sabes, mi estética de siempre es la combinación de las artes, con un lenguaje que va buscando la imagen. Y así se ha visto también en esta ocasión por las dos pantallas que había en el estreno de la obra en el Palau.
-Por cierto, ¿quedó satisfecho con el estreno?
-Mucho. Es una obra de difícil factura que requiere mucho trabajo, el que han hecho todos los miembros de la Banda y su director. Se nota que se lo han tomado con mucho cariño.
-¿Tocó usted algún instrumento en esta ocasión?
-No quise. Jaume me invitó, porque colaboro a veces con la Banda, pero preferí disfrutar el estreno desde fuera; y por el factor sorpresa. Es importante ver lo que otros hacen con tu música.
-¿Cuántas obras relacionadas con la isla ha compuesto?
-Tengo algunas; incluso una, Un ibicenco en Barcelona, que se pasó por RNE; un trabajo de final de la carrera de composición que tocamos también en la isla con el Ensemble que dirijo. Bueno, y la primera ópera ibicenca, El círculo vicioso, con un texto tuyo y sobre el tema del sida; que por desgracia no pierde actualidad.
-Pues no; y justo hoy es el día contra el sida. Pero ha escrito bastantes más, ¿no?
-Sí, tengo pasodobles para la gente de la isla y de fuera; entre ellos, uno a mi mujer, Marisol (profesora de danza)a quien quiero mucho; otro a mi hijo; una Fantasía para banda, Ses Salines, que estrené hace dos años con la Banda de Eivissa; un poema sinfónico para coro y banda, Toni, mengem sa truja, una de las obras más fuertes que he escrito y que tanto dio que hablar en su momento, porque la letra era algo subidita de tono. Es que el folklore popular es una fuente de inspiración para mí.
-¿Tiene algún otro proyecto de composición en marcha?
-El primero es continuar el ciclo que empecé gracias a la colaboración de Sa Nostra. La primera parte fue Dins, sobre el cuerpo humano, con imágenes y músicas sincronizadas; la segunda (el año pasado), Fora; y la tercera será Aigua, que se estrenará para escolares en marzo. Estoy trabajando en ello. Es algo que me satisface mucho, trabajar la música electrónica con imágenes.
-¿Estará musicalmente la isla a la altura del gran conservatorio que va a tener?
-Pienso que sí; la isla se merece este centro y más. Es algo ansiado por todos desde hace muchos años. El Conservatori ha sido, es y será un referente musical para la isla, complementario de los demás centros y escuelas de músicas que hay. Y con la ventaja añadida de la ubicación, justo en el centro de la ciudad.
-¿Qué diagnóstico haría de la salud musical de la isla?
Creo que se ha hecho un buen trabajo y se están abriendo salas continuamente. Lo que hay que confiar es que los políticos y dirigentes culturales tengan cierto cariño por nosotros y nos animen a hacer cositas, tanto musicales como de creación en general; porque, como dijo alguien: el siglo XXI será el de los artistas o no será; porque la cultura no es un lujo, sino una necesidad.