Por sus palabras, se diría que la pintora británica Charlotte Mensforth echa de menos aquella Dalt Vila que conoció en sus primeros contactos con Eivissa, allá por los años sesenta. Así que en su obra no solo refleja aquello que existe, sino también sus propios recuerdos, aquellas sensaciones que han quedado depositadas en su interior y de las que no quiere desprenderse. «En aquella época Dalt Vila estaba muy viva. Ahora está viva también, pero de otro modo. Es más un museo que un barrio», explica sonriendo, aunque con un punto de tristeza.
La visión que sigue manteniendo de Dalt Vila podrá contemplarse a partir de hoy en la galería Berri de Sant Agustí, donde inaugurará a las ocho de la tarde la exposición A mi manera. «Mi pintura ahora se ha vuelto más interior. Miro a Dalt Vila, que sigue siendo un referente, y tengo la sensación interior que me aportan mis recuerdos», indica la artista.
Pero Dalt Vila no será la única protagonista de una muestra en la que Mensforth presentará unas quince obras de medio y pequeño formato, la mayoría de ellas óleo sobre lienzo, aunque también con acuarelas, gouache y dibujos, algunos de ellos, «solo unos pocos», matiza, de los años setenta. Pequeñas estampas cotidianas o bodegones también colgarán de las paredes de Can Berri hasta el 12 de octubre, cuando se clausurará la muestra.
Estudiante de Bellas Artes en los años cincuenta, Mensforth recuerda cómo aquellos fueron los últimos años de una educación plenamente clásica en el mundo del arte. «Empezaban a aparecer los pintores más modernos y muchos de quienes estudiaron conmigo se movieron en esa dirección, yo me quedé en lo clásico».
Herencia
Y así lo atestiguan sus obras, en las que se adivinan rastros de Cezanne o Monet. «Nada sale de nada —reflexiona—. Para mí, Cezanne es el padre de todo, pero el arte, a través de la historia, ha ido cambiando y evolucionando aquello que le ha llegado como herencia. Siempre hay referencias. De lo que se trata es de poder cogerlas y convertirlas en algo tuyo. Eso es lo realmente importante, lo que hay que saber».
Es en ese camino en el que la artista británica marca como objetivo «buscarse a uno mismo». «A la hora de crear sólo estás tú buscando hacer una cosa única. En mi caso hago lo que siento y para ello creo que tengo una buena base, una buena educación artística para trabajar».
Mensforth, por otra parte, no se cierra a las opiniones que otros puedan tener de su obra, puesto que asegura que en muchas ocasiones han sido quienes observaban sus cuadros los que le han hecho notar algún aspecto de los mismos en el que ella no había reparado. Precisamente, hablando de los espectadores, la pintora tiene claro cuál es su objetivo: «No quiero que la gente esté serie mirando mi obra. Quiero provocar alegría. Lo que hago es una parte de mí y quiero que la gente disfrute con ella», concluye.