Catedrático de Literatura Catalana en la Universitat de les Illes Balears (UIB), crítico literario, novelista y miembro de la Secció Històrico-Arqueològica del Institut d'Estudis Catalans (IEC) Joan Mas i Vives ha ido tejiendo a lo largo de los años una íntima relación con la obra de Marià Villangómez, cuya figura ha tratado en obras como Domini fosc. Assaig sobre poesia (2003), Les illes dels poetes (2002), La roda del temps i dels sentiments en la poesia de Marià Villangómez: ‘Els dies i L'any en estampes' (2008) y A propòsit de Marià Villangómez: una poètica de l'experiència i del temps (2008). Esta tarde a las ocho ofrecerá en el salón de actos del Museu Monogràfic de Puig d'es Molins la conferencia Marià Villangómez i Bartomeu Rosselló-Pòrcel: dos poetes essencials con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de ambos autores.
—¿Cuál sería la vigencia de la obra de Villangómez y Rosselló-Pòrcel hoy en día?
—Ambos poetas tuvieron una actitud ejemplar respecto a Eivissa, en el caso de Villangómez, y Mallorca, en el de Rosselló-Pòrcel. Tienen poemas de una gran calidad que tienen como referente sus respectivas islas, más en el caso de Villangómez respecto a Eivissa. Que sean poetas que traten las Islas con un nivel de calidad literaria ejemplar hace que no podamos ignorar un hecho como el centenario de sus nacimientos. Son plenamente vigentes en la medida en que su calidad no ha disminuido con el tiempo y, además, tenemos una deuda con ellos.
—Estamos al principio del año, pero da la impresión de que ambos centenarios se están limitando mucho a sus respectivas islas. ¿Su conferencia intenta romper un poco esta tendencia?
—Y hay que recordar que este 2013 también tenemos el centenario de Espriu en el Principat. Es una generación poética muy potente que empezó a escribir a finales de la República. Deberíamos añadir a la lista a otros poetas del entorno de 1913, como Marius Torres, Joan Vinyoli... Es un generación muy potente que vivió traumáticamente la Guerra Civil y que se desmembró por su causa. Unos murieron, no directamente por causa de la guerra, y otros vieron cambiada su trayectoria. Hoy los estudiamos mucho como poetas individuales y puede que en este proceso los hayamos convertido demasiado en poetas locales, cuando no lo eran en absoluto. Todos ellos escriben con una lengua literaria común y muy elaborada. Son los que, de algún modo, más defienden la unidad de la lengua y la unidad de los territorios de habla catalana. Y la defienden con su obra, sobre todo, que es lo más interesante.