Con la finalidad de «cohesionar y promover» la actividad cultural interna de las Islas, el Institut d'Estudis Baleàrics (IEB) y el Museu Es Baluard han unido sus fuerzas para inaugurar la primera exposición «de carácter institucional» en torno a la figura del pintor José Manuel Broto (Zaragoza, 1949), titulada Broto. Grandes partituras. En ella, el artista recrea «los gestos y los colores» del lenguaje musical en una serie de obras de reciente creación, concretamente entre 2004 y 2012. Algunas de ellas fueron trazadas en Mallorca, donde el pintor ha fijado su residencia permanente desde hace dos años.
También es la primera muestra de su trabajo en gran formato que se exhibe en Balears, con 15 pinturas «que el público no tiene ocasión de ver en galerías». Broto detalló antes de la inauguración de la muestra, celebrada el pasado mes de mayo, que se trata de «una selección de piezas en las que existe homogeneidad estética y formal».
Según indicó, su fuente de inspiración es la música. «Vivo todo el día rodeado de ella», confesó, y en los particulares pentagramas que ha dispuesto a lo largo de las salas del museo palmesano «el espectador, además de receptor, es intérprete e instrumento vehicular». Lo logra gracias a una amplia gama cromática y una expresión «sistemática», como si se tratase de «notas musicales, altas y bajas».
Sin fechas
Antoni Vera, director del IEB, anunció que la colaboración con Es Baluard se prolongará hasta 2014 y anunció que está previsto que la muestra viaje a Eivissa y Menorca, aunque todavía «no hay fechas cerradas» para que este particular viaje de Broto a través de la música pueda ser visto en otras salas del archipiélago.
El pintor aragonés fue incluido dentro del movimiento de la neoabstracción que apareció en España en los inicios de la década de los setenta, época en la que cambió Zaragoza por Barcelona. En 1976, la galería Maeght de la capital catalana presentó la primera exposición del grupo Trama, del que Broto formó parte junto a Xavier Grau, Javier Rubio y Gonzalo Tena y que contó con el respaldo de Antoni Tàpies.
La obra del aragonés evolucionó hacia el minimalismo para situarse después en la abstracción gestual, a partir de mediados de los ochenta, incorporando a su lenguaje pictórico elementos procedentes de campos como las matemáticas o la música. En aquel tiempo residió en París, donde coincidió con otros artistas españoles como Miquel Barceló o José María Sicilia. En su haber tiene el Premio Nacional de Artes Plásticas (1995), el Premio ARCO de la Asociación de Críticos (1997) y el Premió Aragón Goya de Grabado (2003).
Broto: Grandes partituras se podrá ver en el Museu Es Baluard hasta el 5 de enero. «Con la crisis, las exposiciones se alargan», apuntó Nekane Aramburu, directora de Es Baluard al presentar la muestra.