Renata Benvegnú cerrará esta noche a partir de las diez en el Centre Cultural de Sant Carles la XX edición del Festival Internacional de Música de Ibiza. Una cita que precede al Concurso Internacional de Piano y del que formará parte del jurado como ganadora de su anterior edición en la categoría general. Nacida en Venecia en 1986, esta joven pianista ya cuenta en su haber con más de cuarenta galardones tanto de su país natal como internacionales, además de contar con su propio trío de cámara, Chromatique y ejercer como profesora de música en el Consevatorio de Música de Padua y en el Instituto de Piove di Sacco. Afirma que la música debería ser una enseñanza obligatoria en el recorrido académico, ya que «tiene una influencia muy importante sobre los jóvenes». Sobre su regreso a Eivissa, considera «un honor» formar parte del jurado del concurso.
—Ganó el Concurso Internacional de Piano en 2010. ¿Cómo recuerda aquella experiencia?
—Fue una experiencia fantástica, una de las más hermosas de mi vida. Llegué a Eivissa preparada. Quería participar en este concurso desde hacía mucho tiempo, así que estudié mucho y, con determinación y pasión, finalmente conseguí el primer premio en una competición con noventa participantes y en la que el nivel era altísimo. Tengo realmente un buen recuerdo, y eso también es mérito de la directora artística, María Ángeles Ferrer, que ha sabido crear una atmósfera serena y positiva para todos los participantes.
—¿Qué significó para usted conseguir el premio?
—Sinceramente, fue la realización de un sueño, un enorme resultado tanto personal, como profesionalmente. El concurso me permitió vivir una grandísima emoción y lo tengo grabado en el corazón. Pude competir con pianistas de gran nivel frente a un jurado de grandes expertos y también hice muchos amigos, cuya amistad aún perdura.
—Regresa ahora para ofrecer el concierto incluido en aquel galardón. ¿Cómo ha escogido el repertorio que interpretará esta noche?
—Será emocionante regresar al Centre Cultural de Sant Carles. He decidido presentar un programa variado, con referencias a Italia a través de Gondoliera, Canzone, Tarantella, de Liszt, y a España, con la Canción y Danza nº 6 de Mompou. Es un repertorio que alternará momentos de mucho virtuosismo con otros más líricos. Lo definiría como un programa divertido pero elegante al mismo tiempo.