Aunque lo tenían difícil tras el trepidante y peculiar inicio del Eivissa Jazz con Mambo Jambo, los protagonistas de la segunda velada del certamen supieron mantener la vibrante llama musical el pasado vieres en Dalt Vila.
Tanto la Jove Big Band como Muriel Grossman Quartet y Susana Sheiman & Open Gate pisaban por vez primera el escenario del baluarte de Santa Llúcia, en el que dejaron su huella con una sesión con más jazz que la primera cita.
La Jove Big Band, prácticamente al completo, llenó literalmente el escenario con casi 30 músicos y puso las primeras notas de la noche en su primera actuación en un gran escenario, debut que cerraron con gran solvencia. Bajo la dirección de Vicent Tur, el jazz más clásico regresó al festival con piezas de Benny Goodman, Sammy Nestico o George Benson.
Sin embargo, también incorporaron a su repertorio éxitos del pop-rock como ‘Smooth operator', de Sade, o ‘Wonderwall', de Oasis, esta última con la voz y guitarra Miquel Prat ‘Botja', organizador del certamen.
Además, la Jove Big Band también contó con sendas colaboraciones del guitarrista René Mercier, para el tema ‘On Broadway', de Benson, y la saxofonista Muriel Grossmann, cuyo conjunto precisamente relevaría a la Jove Big Band.
Durante aproximadamente una hora, el cuarteto presentó una buena muestra de temas propios e inéditos siguiendo la línea de su autodenominado ‘jazz espiritual' y que formarán parte de ‘Earth Tones', ‘Natural Time' y ‘Momentum', trabajos que sacará al mercado a lo largo de los próximos meses y que centran sus composiciones en la conexión con la naturaleza.
Grossmann y compañía se ganaron al público ibicenco con su ya conocido y consistente sonido, aderezado en esta ocasión con algunas bases pregrabadas –de piano, flauta o algunos instrumentos de cuerda indios como el sarandí o la tambura- que le otorgaron mayor profundidad.
Tras ellos, llegó la tercera propuesta de la noche, con Susana Sheiman & Open Gate. Acompañada del pianista Xavier Algans, el saxofonista Toni Solà, el contrabajista Artur Regada y el baterista Casper Saint-Charles, la formación basculó entre el jazz y el soul, haciendo vibrar al público tanto por la calidad musical del conjunto como por la portentosa voz de la madrileña.
Durante su actuación, mostraron un repertorio centrado en estándares de ambos estilos, con temas de Duke Ellington, Aretha Franklin, B.B King y Cole Porter, entre otros. Pero también coquetearon con el bolero y la bossanova con composiciones como ‘La chica de Ipanema', cuya introducción vocal de la cantante despertó una merecida ovación, o el bolero ‘Pequeñas cosas'.
El cuarteto afincado en Barcelona ofreció variaciones aparentemente improvisadas pero que reflejaban un intenso trabajo previo y un gran entendimiento entre los músicos que enamoró al público.
Anoche culminó el Eivissa Jazz con su tercera y última velada, donde actuaron Treejay, Norberto Rodríguez y Perico Sambeat.