El británico David Bowie, que murió a principios de este mes a los 69 años por un cáncer, estipuló en su testamento que sus cenizas sean esparcidas en Bali, una isla que le fascinaba, según un periódico estadounidense.
El diario New York Times informó que el patrimonio de Bowie, que alcanzaría los 100 millones de dólares, será repartido entre su esposa, hijos, una niñera y un asistente personal, de acuerdo a un testamento de 20 páginas presentado el viernes en un tribunal de Manhattan.
El ático que poseía Bowie en el barrio Soho de Manhattan, donde los aficionados dejaron una pared de flores tras la sorpresiva noticia de su muerte el 10 de enero, se lo asignó a su viuda, la retirada modelo Imán Abdulmajid Jones, informó el medio. Imán se quedará con cerca de la mitad del patrimonio restante del músico.
Sus hijos, el cineasta Duncan y la adolescente Alexandria, tendrán un 25 por ciento cada uno. La hija de Bowie también será dueña de un refugio de montaña que tenía su padre en el condado de Ulster, Nueva York. Marion Skene, una niñera que cuidó a Duncan cuando era pequeño, recibirá un millón de dólares, agregó el informe.
Bowie dejó además a su asistente personal Corinne Schwab, conocida como Coco, dos millones de dólares y acciones de una empresa llamada Opossum Inc. No está claro en qué negocios está implicada la firma.
En el testamento, Bowie pide ser incinerado tras su muerte, preferentemente en Bali, de acuerdo con rituales budistas, dijo el diario. Además, declara que independientemente de donde tuviera lugar la cremación, las cenizas deben esparcirse en Bali.
Bowie fue incinerado en Nueva Jersey el 12 de enero. El agente del músico fallecido, Steve Martin, se negó el sábado a realizar comentarios sobre el testamento.